DESIERTO DE IRAK.- "Con diez pies menos" - así es como el general de brigada de los marines James N. Mattis dijo que quedaría la colina próxima a la localidad iraquí de Safwat, junto a la frontera kuwaití, que esta madrugada fue bombardeada intensamente para facilitar su toma, ya completada.
La colina de 151 metros de altura, ubicada junto a una población de 6.000 habitantes, era el primer emplazamiento militar a tomar por la Primera Fuerza Expedicionaria de marines en la invasión de Irak.
Tras una jornada de alertas en los campamentos por el lanzamiento de cuatro misiles Scud iraquíes, que se temía pudieran cargar agentes tóxicos NBC (nucleares, bacteriológicos y químicos en sus siglas en inglés), las tropas norteamericanas y británicas lanzaron la ofensiva apenas cayó la noche.
Con el apoyo de fuego aéreo y de artillería, comenzó la invasión terrestre de Irak, después de que el Presidente de EE.UU., George W. Bush ordenara el bombardeo de objetivos seleccionados en Bagdad.
Al fuego de la tercera ala aérea de los marines siguió el despliegue de las unidades de reconocimiento del terreno para detectar tanto la presencia de minas como de agentes tóxicos NBC, apoyados por tanques Abrams y artillería, y cañones del calibre 155 con los que va provista la Primera Fuerza Expedicionaria de marines.
La noche no era totalmente oscura, pero antes de que pudiera salir la luna había dado comienzo la ofensiva.
El constante rumor de los bombarderos y de los helicópteros Apache de asalto era replicado por el intenso fuego desde tierra y el suelo temblaba a lo largo de toda la frontera.
Al menos en el extremo sudoriental de Irak, zona asignada a los marines, éstos fueron los primeros en cruzar la línea divisoria con territorio iraquí.
La tropa, tras semanas de espera, no ha ocultado su júbilo al comenzar las hostilidades, ya que para ellos la toma de Bagdad es sinónimo de regresar a casa, aunque tienen bien presente que para algunos, puede suponer volver en una bolsa de zinc.
Acostumbrados a ser los primeros en entrar en combate, confían en regresar pronto a EE.UU., pues están convencidos de que derrotarán al Ejército de Saddam Hussein aunque oponga resistencia.