ANKARA.- Los aviones de guerra de Estados Unidos que llegaron a las costas de Turquía a bordo de varios barcos esperan todavía la autorización que les permita sobrevolar el cielo turco, un día después de que les diera luz verde el Parlamento.
El Gobierno de Ankara y una delegación norteamericana se reunieron a medianoche en el Ministerio turco de Asuntos Exteriores para tratar sobre las regulaciones del uso del espacio aéreo, pero las conversaciones se interrumpieron a las 04:30 hora local (02:30 GMT) sin que se alcanzara ningún acuerdo.
La delegación norteamericana, que encabezaba el general Colby Broadwater y que contó con la participación del embajador de Estados Unidos en Ankara, Robert Pearson, deberá contestar a una serie de exigencias de Turquía y, cuando esto se produzca, se reanudarán las conversaciones, aseguraron representantes de la parte turca.
El periódico "Cumhuriyet" publicó este viernes que la falta de acuerdo entre ambos países se debe a que Ankara "insiste en una serie de restricciones incomprensibles sobre el uso de su espacio aéreo", explicó un delegado estadounidense, a quien cita el diario.
El rotativo añade que Turquía no aprueba que los aviones estadounidenses reposten combustible en la base aérea de Incirlik, que fue uno de los principales apoyos logísticos de las fuerzas estadounidenses durante la guerra del Golfo de 1991.
El periódico "Aksam" señala, por su parte, que Turquía no acepta que los paracaidistas estadounidenses lleguen al norte de Irak a través del espacio aéreo turco.
Varios diarios turcos coinciden en afirmar hoy que otro punto de discordia entre Ankara y Washington se encuentra en la negociación del número de pasillos aéreos que serán abiertos a los aviones extranjeros.
Según la prensa, el país norteamericano pide nueve pasillos aéreos para el tráfico de sus aviones pero Turquía prefiere abrir sólo cuatro, tres de ellos para los aviones que lleguen de las bases europeas vía el mar Negro y un cuatro para vuelos procedentes del Mediterráneo, vía Iskenderun (Alexandreta).
De los 550 diputados que forman el Parlamento turco, 332 votaron ayer a favor de la moción presentada el pasado miércoles por el primer ministro del país, Tayep Erdogan, que solicitaba la apertura del cielo turco a aviones de guerra extranjeros y el envío de la tropa turca fuera del país.
Tras la aprobación, el Ejército turco inició los preparativos para su despliegue a lo largo de la línea fronteriza que separa Turquía de Irak, aunque Ankara ya ha trasladado en los últimos meses tropas y material militar a la zona.
A pesar de que Estados Unidos y los kurdos iraquíes no comparten esta decisión, Turquía insiste en enviar sus propias tropas al norte de Irak para asegurar la integridad territorial de su vecino y el control de los refugiados que lleguen a la zona.
Yakup Kepenek, miembro del opositor Partido Republicano del Pueblo (PRP), manifestó hoy su oposición al despliegue de la tropa turca y pidió a Erdogan que Turquía no entre en el norte de Irak con los soldados estadounidenses.
Por otro lado, fuentes militares turcas negaron hoy las informaciones difundidas en algunos medios internacionales que afirman que soldados estadounidenses habían sido aerotransportados a la localidad kurdo iraquí de Zakho, a 15 kilómetros de la frontera turca.
El general Riza Kucukoglu aseguró que el traslado de la tropa no se hizo a través del espacio aéreo turco porque todavía "no está abierto" y recordó que desde antes de la crisis "hay una Fuerza Especial de Estados Unidos desplegada en el norte de Irak".