WASHINGTON.- La Agencia Espacial estadounidense (NASA) no pensó que el desprendimiento de un fragmento de aislante durante el despegue fuera un peligro para el transbordador Columbia, que se desintegró al regresar a la Tierra el 1 de febrero, porque en otras misiones hubo incidentes similares, según documentos difundidos hoy.
Las nuevas informaciones revelan por primera vez algunas de las discusiones de la NASA sobre si los riesgos que podrían derivar del desprendimiento del aislante en vuelos anteriores, justificaban o no postergar la misión de la nave espacial.
En ese transbordador, el más antiguo de la flota de la NASA, murieron sus siete tripulantes cuando la nave se desintegró sobre los cielos de Texas, 16 minutos antes de su aterrizaje en Cabo Cañaveral (Florida), por causas aún bajo investigación.
Antes de la tragedia, la NASA había concluido que los daños causados en las losetas térmicas en el momento del despegue, no amenazaban la seguridad del Columbia.
Aparentemente, esta conclusión se apoyaba en la experiencia previa en cuatro vuelos desde 1983, en los que hubo desprendimientos que no causaron daños a la protección térmica de las aeronaves, según el nuevo análisis de la agencia espacial estadounidense.
La comisión independiente que investiga el desastre del Columbia considera que el daño en las losetas térmicas de su ala izquierda, el día del despegue, pudo haber sido la causa de la tragedia.
Expertos de la NASA habían detectado problemas del aislante en octubre de 2002. Sin embargo, el personal que descubrió estos problemas defendió a los encargados de colocar los aislantes en las aeronaves, señalando que eran especialistas con amplia experiencia en esta clase de tareas.
Asimismo, indicaron que los problemas de los aislantes eran pocos y sólo involucraban un área de los más de 100 tanques de combustible que habían ido al espacio.
Los nuevos informes difundidos hoy destacan que la NASA sabía que en cuatro vuelos espaciales desde 1983 el aislante se rompió en la parte de los tanques de combustible.