LIMA.- Vladimiro Montesinos Torres, considerado el cabecilla de la más grande organización criminal gestada durante el gobierno del destituido Presidente Alberto Fujimori, fue condenado este lunes a cinco años y cuatro meses de prisión por el delito de tráfico de influencia.
Montesinos fue encontrado culpable de delitos contra la administración pública, corrupción de funcionarios y tráfico de influencias.
A su vez, la ex amante de Montesinos, Jaqueline Beltrán, fue señalada como instigadora de esos mismos delitos, por los cuales se le asignó una pena de cuatro años.
Ambos anunciaron que se reservan el derecho de apelar la sentencia.
El ex hombre fuerte del fujimorismo, quien mantuvo absoluto silencio durante las audiencias, pronunció por primera vez cuatro palabras ante el tribunal: "Me reservo mi derecho", dijo en referencia a su apelación.
Beltrán señaló "por supuesto que no estoy de acuerdo y confío en Dios".
Esta vez la audiencia no sufrió contratiempos, como sucedió la semana pasada, cuando Montesinos sufrió un desvanecimiento en pleno juicio, lo que frustró la lectura de la sentencia.
El incidente suscitó comentarios de la prensa, que puso en duda la autenticidad del vahído, y de la Procuraduría Anticorrupción, que comentó que tal vez se había tratado de un ardid del ex asesor presidencial.
Estela Valdivia, abogada del acusado, dijo que no hubo ninguna simulación, argumentando que lo que padece su patrocinado es "agotamiento" debido a las numerosas diligencias que tiene por sus juicios. "No se ha hecho el desmayado, ningún cuerpo resiste tanto, todos los días tenemos diligencias", subrayó.
El ex hombre fuerte de Perú afronta más de 70 juicios por múltiples delitos que van desde enriquecimiento ilícito, corrupción de funcionarios, lavado de dinero, narcotráfico, tráfico de armas, hasta asesinato, tortura, desaparición forzada de personas, formación de grupos paramilitares, entre los cargos más graves.
Esta es la segunda sentencia que recibe Montesinos, quien el año pasado fue condenado a nueve años de cárcel por usurpación de funciones al haberse desempeñado como jefe de facto de los servicios de inteligencia durante el gobierno de Fujimori (1990-2000). Según las leyes peruanas, la pena mayor prevalece sobre una pena menor.
Todos los delitos que se le atribuyen los habría cometido como cabeza visible de una red de corrupción que actuó al amparo del fujimorismo, lo que le permitió tener una poderosa influencia en el Poder Judicial, las Fuerzas Armadas, la administración pública y en los medios de comunicación, sobre todo la televisión privada.
Según la sentencia, Montesinos cumplirá su condena el 25 de junio de 2008 y deberá pagar al Estado como reparación civil 500.000 soles (143.000 dólares), mientras que Beltrán saldrá en libertad el 19 de marzo de 2007.
Antonio Vera, tío de Beltrán, también incluido en el proceso, fue condenado a tres años de cárcel, pero la pena no se hará efectiva con la condición de que se presente todos los meses en el juzgado y no abandone el país. Ambos pagarán al Estado en forma solidaria 200.000 soles (57.000 dólares).
Según los jueces, Montesinos accedió a un pedido de su ex amante y de su tío, y presionó a jueces para lograr la libertad de un hermano de Beltrán preso por narcotráfico y ayudó a Vera en la solución de problemas juidiciales.