LOMITA, California.— Hace ocho años, un muchacho guatemalteco de 14 años atravesó solo México para llegar a Estados Unidos en busca de una vida mejor. Aquí consiguió una familia adoptiva, fu se enroló en la Marina en gratitud al país que lo acogió.
El viernes, el cabo José Gutiérrez, de 22 años, se convirtió en la primera baja de la guerra en Irak, al morir en un enfrentamiento en la ciudad portuaria de Umm al Qasr.
"Ingresó a la Marina para devolver un poco de lo que recibió de Estados Unidos. Para él era una cuestión de honor", dijo su hermano adoptivo, Max Mosquera.
En Guatemala, el canciller Edgar Gutiérrez dijo que estaba conmocionado por la muerte de Gutiérrez.
El Gobierno emitió un comunicado lamentando su muerte y dando las condolencias a sus deudos, dijo.
Gutiérrez cruzó la frontera con rumbo a California después de tomar varios trenes desde Guatemala hasta México, contaron sus parientes. "Sé que fue realmente duro", dijo Mosquera.
El adolescente fue recogido por Marcelo y Nora Mosquera, también inmigrantes de Latinoamérica. Gutiérrez soñaba con ser arquitecto, pero pospuso sus planes para servir en el ejército.
En septiembre, llegó a ser fusilero de infantería con el 2do Batallón, 1er Régimen de Marina, según funcionarios del Campamento Pendleton.
"Estaba luchando por la ciudad portuaria de Umm al Qasr, que es de importancia para que Estados Unidos pueda traer ayuda humanitaria al país", dijo el capitán de Marina James Rich, quien ha estado aconsejando a la familia adoptiva de Gutiérrez desde que les notificó de su muerte.
El lunes, una bandera izada a media asta ondeaba frente a la casa de los Mosquera en Lomita, 40 kilómetros al sur de Los Angeles.
La entrada de la residencia estaba llena de macetas con geranios, cada uno con una bandera y un cartel que decía: "United We Stand" (Unidos Estamos).
Funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Guatemala notificaron a la hermana de Gutiérrez el domingo el fallecimiento del cabo. La mujer, cuyo nombre no fue revelado de inmediato, vive en una zona pobre de la capital guatemalteca y estaba registrada como única familiar cercana en los registros militares del soldado, dijo Fernando Castillo, cónsul de Guatemala en Los Angeles.
"Ella no tiene teléfono, por lo que es difícil ubicarla", dijo Castillo. Agregó que la hermana de Gutiérrez esperaba que el cadáver de su hermano fuera devuelto a Guatemala.
El sargento de artillería Willie Ellerbrock, de la Base Aérea Naval de Marines en Long Beach, dijo que la familia planeaba tentativamente un funeral en Guatemala y que los infantes de marina de la Embajada Estadounidense en Guatemala realizarían una guardia de honor durante el servicio. Intentaban hacer los arreglos de manera que la familia Mosquera también pueda asistir al funeral.
Vecinos describieron a Gutiérrez como una persona callada y agradable. "Solía verlo jugar con sus dos hermanos pequeños", dijo su vecina Rebecca Méndez. "Eso realmente me impresionó. Ahora sólo desearía haberme dado un poco más de tiempo para hablar con el chico".