EN LA CARRETERA HACIA BAGDAD.— Fusil en mano, los infantes de marina de Estados Unidos obligaron a tres iraquíes a salir de un vehículo, los interrogaron y ordenaron tenderse boca abajo sobre la arena del desierto.
Pero sobre todo, se aseguraron de acuchillar los neumáticos del vehículo para evitar que vuelva a ser utilizado pronto en el seguimiento sigiloso de un convoy de la coalición que combate en este país.
Después que la esperada bienvenida popular de los iraquíes se transformó en emboscadas mortales, las fuerzas estadounidenses intensificaron el lunes la cautela en sus acercamientos a un pueblo que esperaban poner de su lado.
"Cuando recién llegamos fue grandioso, con las multitudes que nos esperaban y sonreían. Hoy nos preguntamos qué hay detrás de esas sonrisas y detrás de esas concentraciones", dijo el teniente coronel Michael Belcher, de la 1ra. División de Infantes de Marina.
"Es difícil ganarnos sus corazones y sus mentes ahora cuando uno tiene que mantenerlos a una distancia prudente", añadió Belcher.
Sus efectivos sometieron a los tres iraquíes, presuntos ex soldados, quienes portaban pertrechos militares.
El domingo, en dos ocasiones cerca de An Nasiriyah, las fuerzas iraquíes engañaron a las estadounidenses, haciéndoles creer que se rendían o que les daban una calurosa bienvenida.
Los oficiales estadounidenses dijeron que una unidad iraquí declaró que se rendía, pero cuando los infantes de marina se aproximaron, los iraquíes abrieron fuego, matando a nueve efectivos. Fuentes militares estadounidenses dijeron que unos 40 soldados resultaron heridos.
Otra emboscada en An Nasiriyah, en la que 12 soldados desaparecieron, estuvo también aparentemente de por medio una rendición simulada.
Las fuerzas de Estados Unidos han pasado cerca de varias ciudades y poblaciones en su marcha hacia Bagdad. El lunes, los residentes del poblado fronterizo de Safwan, uno de los pocos tomados directamente por las tropas estadounidenses, apedrearon el paso de un convoy militar.
Con una resistencia mayor a la esperada, la intervención estadounidense no ha generado las escenas de algarabía popular observada en Kuwait en 1991, durante la Guerra del Golfo Pérsico.
Otro infante de marina de la 1ra. División reconoció: "Cuando uno está en guerra en la patria de alguien, la historia es distinta".