La tormenta de arena está afectando a los dos bandos por igual.
DOHA.- El Mando Militar central aliado en la guerra con Irak ha subrayado que la intensa tormenta de arena que se desató hoy en el desierto iraquí y en el norte de Kuwait no va a reducir el empuje de la ofensiva aliada hacia Bagdad, aunque algunas operaciones puedan resultar afectadas.
En rueda de prensa, el general Víctor Renuart, de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, manifestó que la tormenta, que se prevé dure al menos hasta mañana, miércoles, afecta sobre todo a la actuación de los helicópteros de combate, pero no tanto a las fuerzas terrestres, que prosiguen las operaciones según lo previsto.
Renuart comentó que la tormenta de arena afecta a los dos bandos por igual y, lo mismo que dificulta y entorpece las operaciones con helicópteros, "también hace lo propio con los tiradores iraquíes".
Sin embargo, algunas fuentes militares -y las imágenes que ofrecen las cadenas de televisión sobre el terreno- muestran que el avance por tierra también está resultando afectado por la tormenta de arena que, al parecer, es una de las más intensas de los últimos años.
El general Renuart manifestó que para hoy estaban previstas unas 1.400 misiones de apoyo de la aviación anglonorteamericana sobre distintos puntos de Irak, especialmente contra unidades de la Guardia Republicana y baterías de misiles tierra-tierra.
El general norteamericano indicó que el Tercer Escuadrón del Séptimo de Caballería -la unidad que marcha en vanguardia de la columna mecanizada que se dirige a Bagdad- "ya ha cruzado el río Eufrates" y prosigue la marcha desde la ciudad de Nasiriyah (a 360 kilómetros de la capital de Irak), donde las fuerzas iraquíes presentan una resistencia encarnizada.
Asimismo, el general afirmó hoy que en las dos últimas noches de ataques aéreos se han destruido seis sistemas empleados por las fuerzas iraquíes para interferir las señales de los satélites.
"Puedo decir que ya no tendrán efectividad alguna", dijo Renuart, quien afirmó que esos sistemas le habían sido proporcionados a Irak por "otra nación", que no especificó.
El Gobierno de Estados Unidos ha acusado a Rusia de haber vendido a Irak este tipo de sistemas que, al interferir la señal de los satélites, entorpece la actividad de los misiles.
Bajas entre los "marines"
Renuart dijo que en los combates de Nasiriyah, se habían producido bajas entre los "marines", aunque rehusó dar una cifra porque "se están haciendo las notificaciones correspondientes".
Las fuerzas iraquíes que resisten en Nasiriyah son esencialmente destacamentos del Cuerpo Especial de la Guardia Republicana (la unidad militar de elite), así como los denominados "Fedayin de Saddam", grupo paramilitar integrado por militantes del partido Baaz (en el poder en Irak) y, como han manifestado fuentes aliadas, "de absoluta lealtad" al Presidente iraquí, Saddam Hussein.
Renuart dijo que estos "Fedayin" mantienen aterrorizada a la población y "la utilizan como escudos humanos", tanto en Nasiriyah como en la ciudad meridional de Basora, donde las fuerzas aliadas mantienen también una muy intensa lucha por su control, hasta el punto de que ha sido declarada "objetivo militar legítimo", lo que significa que habrá de ser tomada al asalto.
En cuanto a la situación en Basora, la segunda ciudad de Irak y un punto clave para el control de toda la zona meridional del país, Renuart manifestó que las operaciones que se están llevando a cabo tienen como finalidad "reforzar la seguridad" del lugar.
Renuart manifestó que "no pretendemos sitiar Basora", pero no dio más detalles de cómo están evolucionando las operaciones en esa ciudad.
Esta mañana, el mando británico informó de que los aliados habían comenzado a entrar en Basora; poco después lo desmintió y finalmente comunicó que las fuerzas iraquíes se replegaban hacia el interior, en tanto que en las inmediaciones se libraban combates entre unidades acorazadas.
Renuart se refirió asimismo al deterioro de las condiciones de vida en Basora, que algunas agencias internacionales han calificado ya de "catástrofe humana" y dijo que se espera enviar ayuda humanitaria lo antes posible, una vez que el puerto de Um Qasar (el más cercano a la ciudad y el único con aguas profundas) ya está bajo control aliado.
De hecho, el mando aliado manifestó hoy que se espera que en las próximas 48 horas pueda llegar a Basora un barco cargado de suministros y ayuda humanitaria.
El general lamentó las víctimas civiles que puedan estar causando los bombardeos aliados, esencialmente en Bagdad, y recalcó que uno de los objetivos de las tropas de la coalición es precisamente "no causar daños a los civiles".
No obstante, advirtió a los civiles iraquíes de que se aparten de las formaciones de combate, de los edificios utilizados por el régimen e incluso de las carreteras, para limitar el número de heridos.
Fuerzas Especiales en Bagdad
Las tropas anglonorteamericanas que se acercan a Bagdad tienen previsto cercar la ciudad y dejar actuar a las fuerzas especiales en vez de invadir inmediatamente la capital iraquí, según una de las posibilidades más frecuentemente evocada por los expertos.
Aunque el Primer Ministro británico Tony Blair aseguró el lunes que el "objetivo esencial" era llegar a Bagdad "lo antes posible", expertos interrogados por la agencia France Press dudaban el martes de que las fuerzas anglo-norteamericanas, que se encuentran a unos 100 km de la ciudad, entren inmediatamente en la capital iraquí.
"No estoy seguro de que los estadounidenses tengan ganas de entrar pronto en Bagdad. El objetivo será más bien rodear la capital, eliminar los focos de resistencia de Basora, al sur, y de Mossul, al norte, y luego ir a Bagdad con la esperanza de que entonces el poder iraquí ya haya caído", juzgó François Daguzan, experto de la Federación para la Investigación Estratégica (FRS).
"Si dañan en condiciones los centros de comando vitales mediante bombardeos precisos, pueden esperar a que la ciudad (...) caiga por sí sola", agregó un alto mando militar francés que pidió el anonimato.
En Bagdad como en Basora, Um Qasar o Nasiriyah, al sur, los estadounidenses quieren que la población iraquí los consideren libertadores, pero eso sería prácticamente imposible si se enzarzan en ataques masivos e indiscriminados en la capital que se saldarían con numerosas pérdidas civiles.
Para lograr su objetivo necesitan de las fuerzas especiales, presentes en Irak desde hace semanas, según Eric Denécé, presidente del Centro francés de investigación sobre los servicios de Inteligencia.
Esas fuerzas se ocupan de garantizar la seguridad en los caminos de acceso y de desminarlos, de localizar las defensas antiaéreas iraquíes, de buscar posibles depósitos de armas de destrucción masiva y de marcar las zonas en las que pueden tirarse los paracaidistas.
También protegen los pozos de petróleo, están presentes entre las fuerzas kurdas y designan los objetivos a los bombarderos durante los ataques aéreos.
Están muy activas en las afueras de la capital para guiar los bombardeos de los objetivos claves del régimen, como por ejemplo las instalaciones de la Guardia Republicana, que están siendo atacadas sin tregua desde el lunes.
Según Denécé, llevan "media jornada de ventaja a las divisiones y pueden realizar los primeros arrestos" de dignatarios iraquíes.
Sin embargo, los expertos dudan de que las fuerzas especiales lleven a cabo acciones clandestinas masivas en una ciudad tan cuadriculada como Bagdad.
En cambio, su papel como servicio de inteligencia es esencial. "Estamos muy mal informados sobre el régimen de Saddam Hussein, pero la información se convirtió en un arma primordial", indican miembros de los servicios secretos franceses.