ANKARA.- Turquía no tiene puesta su mirada en el territorio de Irak ni en su petróleo, sólo pretende asegurar su frontera y no hará nada que entorpezca su camino para ingresar en la Unión Europea.
Así lo aseguró hoy el Gobierno turco a la ministra española de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, quien realizó una breve visita a Ankara para reunirse con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y con el titular de Exteriores, Abdulá Gul.
Fuentes diplomáticas españolas destacaron que en los cuarenta y cinco minutos de conversación entre Erdogan y Palacio no surgió la guerra de Irak, abordada con detalle en las sesiones de trabajo con Gul, pero sí se demostró que el nuevo Ejecutivo turco ’’tiene las ideas claras’’ respecto a su objetivo de adherirse, sin complicaciones, a la UE.
En conferencia de prensa de los dos ministros de Exteriores, Gul aseguró que Turquía no tiene aspiraciones en Irak y sólo pretende asegurar sus fronteras ante una llegada masiva de refugiados que huyan de la guerra.
El jefe de la diplomacia turca reiteró que uno de los principios políticos de Turquía es el respeto a la integridad territorial de Irak, más la consideración de que las riquezas naturales iraquíes pertenecen en exclusiva al pueblo iraquí.
"Nuestras intenciones son muy claras", dijo el ministro turco, antes de advertir de que, no obstante, su Gobierno está obligado a tomar medidas preventivas que permitan salvaguardar su frontera, con el objetivo de que los refugiados iraquíes permanezcan fuera de territorio turco.
Sostuvo que así lo han entendido "nuestros aliados", a quienes dijo que el Gobierno turco se lo ha explicado con detalle, especialmente después de que se difundieran noticias que calificó de erróneas sobre el paso de la frontera de unidades militares turcas, lo que, reconoció, provocó inquietud en algunas capitales aliadas.
Abdulá Gul explicó también que el permiso solicitado y autorizado al Parlamento para el sobrevuelo de territorio iraquí se corresponde con la petición concreta de Estados Unidos, que renunció a solicitar el paso de tropas terrestres y se limitó a requerir el uso del espacio aéreo turco.
Nada de esto surgió en la conversación con Erdogan, más preocupado con el compromiso turco por trabajar, junto a España, en evitar un enfrentamiento entre civilizaciones, en cuyo contexto enmarcó los trabajos del Forum de las Culturas 2004 de Barcelona.
El riesgo de conflicto intercultural está detrás de la guerra de Irak y también de Medio Oriente, por eso es preciso incrementar el conocimiento de las sociedades y el nivel de intercambios entre ambas orillas del Mediterráneo, y en eso hay sintonía completa entre "las dos puertas" mediterráneas: España y Turquía, según las fuentes.
Erdogan aprovechó para agradecer a Palacio el apoyo español a Turquía tanto en el seno de la UE, para el mantenimiento de la candidatura turca, como en la Alianza Atlántica, en cuyo marco España ha comprometido la presencia de seis cazas F-18, más una cisterna y un helicóptero, para defender el territorio turco.
Turquía tiene interés por aprovechar la experiencia de la adhesión española, y agradece las recomendaciones en un camino que quiere hacer "lo antes y lo mejor posible", con ayuda tanto de las negociaciones directas como de las reflexiones de la Convención porque, como dijo el ex ministro español de Asuntos Exteriores Abel Matutes, la UE "no es un club cristiano".
En esa tarea, en la reunión con Chipre surgió la cuestión de Chipre, con el consejo español de no esperar al ingreso en la UE para solucionarlo, ya que la presencia de un país hostil en la Unión puede ser un inconveniente en las negociaciones turcas.
Al inicio de la reunión, Palacio explicó a Gul el propósito inicial de la visita: el programa de ayuda humanitaria previsto por España para los países vecinos de Irak (Turquía, Siria, Jordania e Irán) a los que se donarán cinco millones de euros, cada uno, para hacer frente a una situación de emergencia derivada de la invasión de Irak.
Preguntada por las víctimas de civiles iraquíes que se están registrando, Palacio advirtió de que ’’cualquier conflicto armado es una tragedia’’, expresó su pesar por las víctimas civiles, pero también por los soldados muertos, heridos o desaparecidos y sus familias, y subrayó que el responsable de todo ello no es otro que Saddam Hussein.