SILOPI, Turquía.- La aviación aliada intensifica los bombardeos sobre las defensas de las tropas iraquíes al este de Mosul, más resistentes que las perdidas ante las fuerzas kurdas en su organizada retirada hacia el centro petrolero de Kirkuk.
Cuatro días de intermitentes ataques aéreos bastaron para obligar a los soldados del régimen de Bagdad a abandonar el pasado sábado las cimas de las colinas en las que durante doce años tuvieron emplazada la primera línea para la defensa de la ciudad de Kirkuk.
El repliegue de las tropas iraquíes cerca de Kirkuk, acción que permitió a la milicia kurda adentrarse 25 kilómetros en territorio hostil, no se repite en las zonas norte y este de la ciudad de Mosul, pese al fuerte bombardeo a las que están siendo sometidas desde hace más de una semana.
"La retirada de los soldados iraquíes es táctica, tomar Kirkuk va ser difícil, y aún más Mosul", apuntó el general kurdo Abdulla Sherjo, uno de los oficiales de la milicia con formación académica militar.
Los aviones aliados volvieron a atacar durante la noche del sábado y la madrugada del domingo lugares próximos a la estratégica ciudad de Mosul, a unos 450 kilómetros al norte de Bagdad.
Al igual que en los últimos días, el ataque aéreo estuvo dirigido contra las bases militares iraquíes situadas a unos cientos de metros de la línea de demarcación que separa la región autónoma del norte de Irak del resto del país.
Los aviones, dijo el comandante kurdo Abu Saleh, aparecieron en cinco ocasiones y dispararon misiles sobre instalaciones militares iraquíes situadas en los contornos del pueblo de Kalak, abandonado por sus habitantes, y a unos 40 kilómetros al este de Mosul.
La protección del área que circunda Mosul, urbe en la que residen unas 300.000 personas, corre a cargo de la V División del Ejército iraquí, mientras que la defensa de la ciudad esta encomendada a una división de la Guardia Republicana y a un destacamento de la Guardia Especial.
A lo largo de los 55 kilómetros del frente de Mosul, los combatientes kurdos permanecen en sus puestos, donde esperan la llegada de más refuerzos, y señales evidentes de debilidad en la línea de defensa iraquí.
Aunque los mandos militares kurdos consideran que de momento no existen condiciones apropiadas para avanzar hacia Mosul, apuntan que, sin embargo, los bombardeos aliados están minando la moral en las posiciones iraquíes de la primera línea de defensa.
"Cada día llegan unos cuantos desertores", señaló desde Bardarash un funcionario de ésta municipalidad situada a escasa distancia del frente de Mosul.
El PDK, formación que con la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK) controla la región autónoma del norte de Irak, indicó en un comunicado que cerca de cien soldados iraquíes del frente de Mosul se han rendido a sus fuerzas desde el pasado jueves.
Oficiales del PDK dijeron el sábado en Arbil, la capital de la región autónoma, que 15 soldados iraquíes, sorprendidos cuando intentaban desertar, fueron ejecutados el día antes cerca de la localidad de Dobardan.
Los alrededores de esa ciudad, bajo control del gobierno de Bagdad y a unos 30 kilómetros al norte de Mosul, han sido bombardeados de forma severa durante esta semana por los aviones aliados.
A pesar del avance en dirección a Kirkuk, los mandos kurdos creen que pasara algún tiempo antes de que las tropas del presidente iraquí Saddam Hussein tengan ante si un auténtico frente de batalla por el norte de Irak.
Los cerca de mil paracaidistas que se lanzaron el pasado jueves sobre los prados siguen abriendo trincheras en torno al aeródromo de Harir, y puede transcurrir una semana hasta que el grueso de la 173 División Aerotransportada, unos 5.000 efectivos, esté preparada y en sus puestos del frente.
