NORTE DE KUWAIT.— Una semana perdidos en el desierto, en medio de una guerra en Irak, pero sobrevivieron. Los dos soldados que vivieron esta aventura dieron casi toda la comida a los iraquíes civiles que les mendigaron acuciados por el hambre, dibujaron las palabras "SOS"(ayuda) en la arena y uno de ellos escribió poemas a su esposa, que está a miles de kilómetros de distancia.
En esa semana, hambrientos, sedientos y cansados, los dos soldados lograron superar una prueba que no buscaron y regresaron a su división. Su suerte fue conocida gracias a una publicación estadounidense.
El diario Thetoria del soldado Jeffrey Klein, de 20 años, y el sargento Matthew Koppi, de 22, ambos mecánicos de la Tercera División de infantería del ejército. El Pentágono dijo el domingo a The Associated Press que no tenía información sobre los dos.
Los soldados contaron que se perdieron cuando se atascó su vehículo en la arena por una avería del embrague. Iban en una misión para reparar un vehículo todoterreno en el que viajaban varios oficiales. Ambos dijeron que el sargento mayor del grupo les ordenó esperar y que serían recogidos.
Empero, nadie acudió a rescatarlos, así que los dos cavaron una trinchera para defender su posición y se turnaron las guardias de vigilancia.
Casi toda la comida que tenían fue a parar a manos de hambrientos civiles iraquíes. Vehículos blancos con la marca característica de los paramilitares fedayines pasaron cerca ante sus angustiosas miradas.
Koppi fue padre 10 días antes de despachada su unidad al Golfo Pérsico y escribió poemas a su esposa.
El viernes, los infantes de marina de helicópteros Chinook los rescataron y los dejaron en un puesto de avanzada en el desierto. El comandante Richard R. McPhee los llevó luego al campamento Udairi, al norte de Kuwait, donde se ducharon, recibieron ropa limpia y una comida caliente antes de regresar al frente.