WASHINGTON.- El ataque contra el bunker donde se suponía estaba Saddam Hussein en la noche del 19 al 20 de marzo fue lanzado en base a informaciones transmitidas a la CIA por oficiales iraquíes que ahora se encuentran en lugar seguro, afirma este martes el "Washington Post".
Según el diario, el general Tommy Franks, comandante de operaciones en Irak, había planeado en principio lanzar la operación "Libertad para Irak" 48 horas después.
Pero el 19, responsables de la CIA informaron que dos oficiales iraquíes que formaban parte del círculo más cercano a Saddam Hussein, reclutados por la agencia de inteligencia, habían identificado el lugar en Bagdad en el que el presidente iraquí pasaría la noche, en un bunker subterráneo.
En pocas horas, se tomó la decisión de enviar dos bombarderos F-117 lanzar dos bombas de alta precisión de 900 kilos cada una sobre el bunker, mientras que varios misiles destruirían las estructuras en la superficie.
Según las fuentes iraquíes de la Agencia de inteligencia, Saddam Hussein habría sido transportado fuera del bunker en una camilla, con el rostro magullado y con oxígeno.
Los dos informantes lograron luego salir de Irak y se encuentran bajo protección, según el Post.
En la mira de las fuerzas especiales
Mientras que un rápido final de la Guerra de Irak parece cada vez más una mera expresión de deseo, los estrategas militares de la coalición anglo-estadounidense no pierden la esperanza de poder dar un golpe de suerte que ponga fin a la contienda.
Todas las expectativas están puestas en los grupos de operaciones especiales de las fuerzas armadas aliadas y los agentes especialmente entrenados en la CIA. Su misión, con licencia para matar, es poner en el punto de mira al Presidente iraquí, Saddam Hussein, y a sus más estrechos colaboradores.
"Más de un puñado" de los funcionarios más leales a Saddam ya fue liquidado, reportó el periódico "The Washington Post", citando a fuentes militares estadounidenses. El diario subrayó que la Casa Blanca no objetó la publicación del artículo, un indicio de que el gobierno pretende que este tipo de notas contribuya a que el régimen iraquí se sienta amenazado y se asuste.
Para las misiones más peligrosas, Estados Unidos cuenta con la "Delta Force" (Fuerza Delta) del Ejército, cuyas operaciones son tan secretas que su existencia siempre es negada por el gobierno. La "Delta Force" cuenta con unos 360 efectivos altamente entrenados, que trabajan mano a mano con los agentes especiales de la CIA.
Tras varias experiencias desafortunadas y embarazosas en la década de los setenta, el Congreso estadounidense prohibió los atentados encubiertos. Pero todo cambió con los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y, por medio de una orden secreta, el Presidente George W. Bush volvió a legalizar los asesinatos selectivos.
El director de la CIA, George Tenet, es un gran defensor de las unidades de élite. "Un ejército de James Bonds", tituló la revista estadounidense "Time" a los varios cientos de miembros que componen los cuadros de la CIA. Muchos de ellos son ex soldados o efectivos en actividad que trabajan "a préstamo" para el servicio secreto en misiones especialmente delicadas.
Uno de estos agentes de élite era Michael Spann, que murió en el levantamiento talibán en Mazar-i-Sharif, en Afganistán. En Yemen, la CIA cumplió nuevamente un papel paramilitar cuando, en noviembre de 2002, lanzó un misil Hellfire desde un avión no tripulado Predator contra un automóvil en marcha, matando a un presunto terrorista de la red Al Qaida y a varios de sus acompañantes.
El Ejército de Estados Unidos cuenta con unos 45.000 soldados en unidades especiales, alrededor del 1,3 por ciento de su personal total. "Su misión es la guerra no convencional, acciones directas y reconocimientos especiales", dijo Robert Andrews, responsable de las fuerzas de élite en el Pentágono, durante la guerra de Afganistán.
Detrás de las líneas enemigas en y alrededor de Bagdad aterrizaron pequeños grupos con ordenadores portátiles, con la misión de meterse en los sistemas de comunicación de las fuerzas militares iraquíes e introducir errores.
En el sur de Irak operan los "boinas verdes", otra unidad de élite del Ejército, que intentan persuadir a líderes locales iraquíes de que colaboren con la coalición a cambio de promesas de ayuda humanitaria.
La semana pasada descargaron 2.000 raciones de comida y 3.000 botellas de agua potable frente a la casa, al suroeste de Basora, de un influyente líder religioso local. Aquel que colabore con los estadounidenses podrá contar con más ayuda, dieron a entender los soldados élite.
Bush se refiere a sus "guerreros silenciosos" cuando habla de las unidades de élite. Estados Unidos nunca desplegó tantos grupos de operaciones especiales en un escenario bélico como en Irak.