BAGDAD.- La infantería de Estados Unidos cercó el miércoles en la madrugada la ciudad de Kerbala, al sur de Bagdad, y tomó las principales vías de salida como parte de su avance hacia la capital iraquí, dijo un corresponsal de Reuters.
El periodista Luke Baker, que acompaña a la 3.a Infantería de Estados Unidos, dijo que los comandantes habían previsto una batalla de un día de duración para tomar el perímetro de la ciudad pero la operación fue completada finalmente en tres horas.
Las tropas habían sido previamente apoyadas por un intenso bombardeo de aviones de guerra estadounidenses y helicópteros Apache pero en lugar de entrar en Karbala y enfrentar a las tropas iraquíes que podrían estar dentro, los militares prefirieron seguir avanzando hacia el norte y el oeste, dijo el periodista.
Previamente, los marines habían mantenido duros combates en los alrededores de Kerbala, a 110 kilómetros de Bagdad, con la Guardia Republicana, el cuerpo de élite del ejército del presidente iraquí, Saddam Hussein.
Al mismo tiempo, varios aviones de guerra bombardearon profusamente el centro de Bagdad en las primeras horas del miércoles e impactaron en uno de los complejos presidenciales de uno de los hijos de Hussein, Qusay, mientras el humo cubría el cielo.
Las explosiones también abundaron en las afueras, al sur de la capital, durante el amanecer, en el área donde las tropas estadounidenses y británicas creen que podría estar escondida la Guardia Republicana para evitar la entrada de los aliados en la ciudad.
Por otra parte, fuerzas especiales del ejército estadounidense rescataron a una prisionera de guerra en Irak, Jessica Lynch, de 19 años, un miembro de una compañía de mantenimiento que por error se encontró con una unidad iraquí.
En Bagdad, que es permanentemente acosada por las bombas desde hace 13 días, cuando comenzó la guerra contra Irak liderada por Estados Unidos, Hussein llamó el martes a los iraquíes a través de un comunicado a que combatan a los invasores "en todas partes" y les dijo que la Jihad, o guerra santa, es un deber religioso.
Un mensaje leído en la televisión estatal y atribuido al Presidente iraquí dijo a la nación: "Golpéenlos, combátanlos... combátanlos en todas partes".
Hussein, de 65 años, no apareció personalmente en televisión. Desde el inicio de las hostilidades han circulado rumores acerca de que podría haber resultado herido en un ataque aéreo estadounidense.
En Washington, el general de la Fuerza Aérea estadounidense Richard Myers, jefe del Estado Mayor Conjunto, lamentó la muerte de siete mujeres y niños por disparos de soldados estadounidenses en un retén. Pero excusó el acto con la explicación de que "el clima que estableció el régimen iraquí contribuyó para que ocurriera este incidente".
En la ciudad de Hillah, al sur de Bagdad, volvió a producirse una tragedia cuando varios civiles murieron el martes como consecuencia de nuevos bombardeos.
Un grupo de periodistas de Reuters, llevados por las autoridades iraquíes a un hospital de Hilla, vieron los cadáveres de al menos 11 civiles. Los residentes locales dijeron que los muertos habían sido producto de bombas estadounidenses que cayeron en un área residencial. El ministro de Información de Irak, Mohammed Saeed al-Sahaf afirmó que nueve de los muertos eran niños.
"¿Qué mal hizo, qué mal hizo?", preguntaba el conductor del camión que transportaba a los cuerpos, mientras sostenía el cadáver de un bebé.
También el martes, varios soldados estadounidenses mataron a un iraquí desarmado en un punto de control en el sur de Irak.
Las tropas estadounidenses destacadas en los puntos de control viven en tensión desde que el sábado pasado un ataque suicida con un auto bomba en un retén causó la muerte de cuatro soldados norteamericanos.
Pero los crecientes incidentes de muertes de civiles probablemente perjudiquen aún más los esfuerzos de las tropas invasoras por ganarse la simpatía de los iraquíes.
A pesar de eso, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que "lentamente pero con seguridad las simpatías del pueblo iraquí están siendo ganadas a medida que ven que la seguridad se incrementa en sus áreas y los suministros humanitarios aumentan".
En conferencia de prensa televisada el martes, el vicepresidente iraquí, Taha Yassin Ramadan, dijo que 6.000 combatientes voluntarios habían llegado a Irak y que más de la mitad eran suicidas.
"Son una bomba de tiempo, ustedes oirán hablar de ellos pronto... Queremos que cada uno de estos mártires cumpla su deber y mate tantos de esos invasores malditos como sea posible", dijo Ramadan.