SINGAPUR.- En Singapur se reportaron hoy tres nuevos casos de neumonía atípica, mientras aumentaba el temor de que la epidemia haya logrado quebrar las medidas de contención luego de que 23 empleados del mayor hospital de la ciudad fueron puestos bajo observación.
Los tres nuevos casos arrojan un total de 106 personas que ya fueron diagnosticadas con el síndrome respiratorio agudo (SARS, por su sigla en inglés) en Singapur. De las alrededor de 90 personas que perdieron la vida a causa del mal alrededor del mundo, seis murieron en Singapur.
En tanto, en la búsqueda del origen de la enfermedad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé "todavía un largo camino" mientras en China, donde en noviembre se registraron los primeros brotes de la enfermedad, el número de muertos aumentó a 51, informó hoy el Ministerio de Salud.
La hasta ahora última muerte es la de un miembro finlandés de la Organización Mundial del Trabajo (OMT), que falleció en Pekín. El hombre, de 53 años, "importó" la enfermedad, dijo el vicedirector de la oficina de Salud, Guo Jiyong.
El finlandés trabajaba en Ginebra y llegó a Pekín el 23 de marzo para preparar una conferencia. El propio enfermo había manifestado la sospecha de que se contagió en un vuelo de Bangkok a Pekín, dijo Guo, quien no quiso dar el nombre de la compañía aérea.
Según las cifras ofrecidas anteriormente por la OMS, el número de enfermos en China ascendía a 1.220 y el de muertos a 49, tres más de los que conocían hasta el momento y dos menos de los indicados hoy por el Ministerio de Salud chino.
China está entregando un amplio número de datos sobre la enfermedad, informó Chris Powell, portavoz del equipo de la OMS que investiga en el sur de China el origen de la enfermedad.
"Los avances son muy buenos", dijo Powell, "pero creo que nadie debe esperar que nuestro equipo encuentre al primer paciente y el origen de la enfermedad", dijo.
Hasta el final de la visita, el próximo martes, el equipo de la OMS pretende haber establecido un plan para continuar las investigaciones.
El virólogo alemán Wolfgang Preiser, miembro del equipo de expertos, indicó que se está buscando la razón por la que algunos pacientes contagian a otros con mayor facilidad.