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Papa: Gobernantes son responsables ante Dios de la construcción de la paz

En un discurso que dirigió al Presidente de Argentina, Eduardo Duhalde, Juan Pablo II sostuvo que en estas "horas difíciles" en las relaciones internacionales es necesario buscar una paz auténtica y perdurable.

07 de Abril de 2003 | 08:28 | EFE
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa dijo hoy que en "estos momentos tan apremiantes de la historia que vivimos" los gobernantes no pueden olvidar "la responsabilidad que tienen ante Dios y la historia" en la construcción de un mundo de paz.

Juan Pablo II, en velada referencia a la guerra en Irak, añadió que en estas "horas difíciles" en las relaciones internacionales es necesario buscar una paz auténtica y perdurable.

El Pontífice hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió al Presidente de Argentina, Eduardo Duhalde, que vino al Vaticano a despedirse, ya que el próximo 25 de mayo entregará la presidencia al vencedor de las elecciones de este mes.

El Papa y Duhalde hablaron a solas durante 13 minutos. Después entró en la Biblioteca -lugar de la audiencia- la esposa del Mandatario, Hilda González; la hija, Analisa, y un séquito de 22 personas.

La audiencia se desarrolló en español y el Papa, que presentaba una estupenda forma física, habló, sonriente, en perfecto castellano con la voz fuerte. Hacia tiempo que no se veía al Pontífice en tan buen estado de salud.

El Papa dijo que sigue "con interés las vicisitudes de Argentina en este momento tan apremiante de la historia, en el que los dramáticos acontecimientos que vivimos nos hacen recordar a todos, principalmente a quienes corresponde la ardua tarea de regir los destinos de los pueblos, la responsabilidad que tienen ante Dios y ante la historia en la construcción de un mundo de paz y de bienestar espiritual y material".

Juan Pablo II no se refirió a Irak directamente pero en sus palabras demostró que su pensamiento sigue en la guerra iraquí.

Insistió en que atravesamos "horas difíciles" y subrayó que "sólo desde el Evangelio" podrán surgir principios de "paz auténtica y perdurable".

En referencia a Argentina manifestó que la Doctrina Social de la Iglesia es un elemento valioso para superar los problemas que obstaculizan la edificación de un orden más justo, fraterno y solidario.

Aseguró que la Iglesia siempre está dispuesta a servir de mediadora entre los diferentes sectores de la sociedad y abogó por un diálogo social que excluya "cualquier tipo de violencia" y ayude a mitigar los problemas que afectan a los sectores más desfavorecidos de la sociedad argentina.

"Detrás de las situaciones de injusticias existe siempre un grave desorden moral que no se mejora con la sola aplicación de medidas técnicas, más o menos acertadas, sino sobre todo con la promoción decidida de un conjunto de reformas que favorezcan los derechos y deberes de la familia como base natural e insustituible de la sociedad", subrayó el Obispo de Roma.

El papa Wojtyla agregó que se deben impulsar proyectos de defensa y desarrollo en favor de la vida, "que tengan presente la dimensión ética de la personal, desde su concepción hasta su ocaso natural".

En estas palabras vieron algunos de los presentes una crítica velada a la ley de salud y reproducción, sobre el control de la natalidad, aprobada recientemente por el Gobierno argentino.

Abogó por una sociedad que facilite la igualdad de oportunidades y ahuyente toda sombra de discriminación entre sus miembros y que no sucumba al materialismo, "que ciega la conciencia y endurece los corazones".

"Pido a Dios que Argentina alcance en un futuro próximo la prosperidad que anhelan sus hijos, después de haber pasado por una fuerte crisis. Que los gobernantes se comprometan a hacer las reformas necesarias para que nadie carezca de los bienes necesarios para realizarse como persona", imploró el Papa.

Duhalde resaltó en su discurso -que no leyó y entregó al Papa- el papel jugado por la Iglesia durante la crisis y denunció que las restricciones al libre comercio obstaculizan el desarrollo de Argentina.

Respecto a la guerra en Irak manifestó que Argentina comparte los mismos puntos de vista del Vaticano, contraria al conflicto.

Duhalde regaló al Papa un atril de plata repujada y el Pontífice le donó un bajorrelieve de la Virgen en bronce.

Tras la audiencia se entrevistó con el secretario de estado, el cardenal Angelo Sodano; el sustituto de la Secretaría, el arzobispo argentino Leonardo Sandri, y el "ministro de exteriores" de la Santa Sede, Jean Louis Tauran, con quienes analizó las relaciones bilaterales y la situación en América Latina.
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