NICOSIA, Chipre.- Rusia está decidida a preservar sus contratos petroleros en Irak después de la guerra, y alienta la posibilidad de embarcarse en nuevas inversiones junto a compañías europeas.
La revista especializada "Middle East Economic Survey", cita hoy a Florence C. Fee, presidenta de una consultora energética, afirmando que Moscú quiere asegurarse de que el actual conflicto armado no sea utilizado como una excusa para anular lo que considera contratos legítimos, aun cuando fueron pactados con el régimen de Saddam Hussein.
El ministro del Exterior ruso, Igor Ivanov, dejó claro hace unas semanas que los contratos cerrados entre las petroleras rusas y el gobierno iraquí son legalmente vinculantes y continuarán plenamente vigentes aunque haya un cambio de régimen en Bagdad.
Las compañías rusas analizan además establecer alianzas con petroleras europeas que ya operan en el país del Golfo, como Repsol- YPF, TotalFinaElf o Eni.
Sin embargo, Washington guarda un llamativo silencio sobre el futuro del petróleo iraquí, con la excepción de afirmaciones vagas sobre la necesidad de que pertenece al pueblo iraquí y que éste debería ser el principal beneficiario de su explotación.
Fee señala además que, en el caso de que Estados Unidos decida desconocer estos contratos, la administración Bush tendrá serias dificultades para defender los de compañías norteamericanas en suelo ruso.
Además, las empresas rusas juegan un papel importante en las prioridades del Kremlin: Bagdad debe a Rusia aún 8.000 millones de dólares de la era soviética.
Por ejemplo, Lukoil, la mayor petrolera rusa, cuenta con los derechos de explotación del campo petrolero de Qurna, en el sur iraquí, cuyas reservas confirmadas ascienden a 7.800 millones de barriles. La operación, sin embargo, quedó congelada a causa de las sanciones de la ONU contra Irak.
Bagdad rescindió el contrato unilateralmente en diciembre, en respuesta a los contactos de Lukoil con gobiernos occidentales para analizar la era post Saddam.
Otra compañía, Zarubezhneft, controlada por el Ministerio ruso de Exteriores, espera la adjudicación de la explotación de Bin Umar. Zarubezhneft ha comercializado 7.700 millones de crudo iraquí bajo el programa Petroleo por Alimentos de la ONU, el 40 por ciento de la producción iraquí desde 1996.
Ansiosa por asumir el papel de productor estratégico de crudo por fuera de la OPEP, Rusia considera vital acceder a nuevos yacimientos, sea en Irak o en su propio territorio, pero la venta de crudo iraquí en los mercados internacionales significaría ingresos muy superiores a los generados por el que se vende a precio controlado en el mercado doméstico, concluyó Fee.