LA HABANA.- La ola de juicios y condenas contra disidentes cubanos es uno de los procesos más duros de este tipo de la última década, sostuvo el lunes el activista Elizardo Sánchez, quien opinó que el gobierno de Fidel Castro está cometiendo un "error político".
Las audiencias judiciales contra unos 70 disidentes -de los 80 detenidos desde mediados de marzo- se llevaron a cabo desde el jueves y hasta hoy, cuando empezaron a revelarse las sentencias definitivas.
Con los teléfonos a todo sonar y una frenética actividad en su casa, donde funciona la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHyRN), Sánchez indicó que una treintena de condenas fueron entregadas.
Las penas son superiores a los 10 años en todos los casos, pero no llegaron a las cadenas perpetuas pedidas por la fiscalía.
"Las condenas fueron severísimas, más allá de algunas modificaciones puramente cosméticas", dijo Sánchez a AP.
A los disidentes se los acusa de atentar contra la soberanía del país y trabajar al servicio de los Estados Unidos para desprestigiar la revolución.
"Estamos en presencia de los procesos judiciales más duros en la última década por motivos políticos", insistió.
La CCDHyRN monitoréa sistemáticamente la situación de los derechos humanos en la isla y en particular lleva un reporte los detenidos.
Para Sánchez, las actuales sentencias son una equivocación. "(Los juicios) son un error político de las autoridades cubanas, que consideran que el conflicto principal es entre los disidentes y el Gobierno, cuando no es así", explicó Sánchez.
Y reflexionó: "La contradicción fundamental que marca los acontecimientos de Cuba es la profunda contradicción entre la sociedad deseosa de mayores espacios de libertad y el modelo totalitario".
Los arrestos son un intento de "cortar la hierba", pero en realidad los pequeños grupos disidentes se están reorganizando.
A pesar de la guerra en Irak, Sánchez se dijo admirado por la solidaridad internacional y los mensajes de protesta de otras naciones.
"El otro error de cálculo del gobierno fue pensar que el conflicto en Irak iba a servir para solapar y encubrir (las detenciones) pero se ha equivocado".
