OTTAWA.- El ministro de Relaciones Exteriores de Canadá, Bill Graham, citó el lunes al embajador del gobierno de La Habana para entregarle una fuerte protesta por las duras condenas aplicadas a decenas de opositores cubanos.
Tribunales de la isla caribeña de gobierno comunista, en un claro mensaje al gobierno estadounidense de que Cuba no tolerará sus esfuerzos por fortalecer el movimiento disidente, declararon a los opositores culpables de "colaborar con una potencia extranjera" y los condenaron a penas de 12 a 27 años de cárcel.
Los tribunales redujeron las condenas de cadena perpetua pedidas por los fiscales a una pena de 25 años de prisión para el disidente Héctor Palacios, quien tiene 62 años, y a 20 años para el periodista Ricardo González, director de la única publicación disidente, así como a la economista opositora Martha Beatriz Roque.
El más conocido escritor, poeta y periodista cubano disidente, Raúl Rivero, de 57 años, recibió una condena de 20 años de prisión.
La portavoz de Graham, Isabelle Savard, dijo a Reuters que el ministro había entregado al embajador cubano una carta en la que expresaba a Cuba "una fuerte protesta" del gobierno canadiense.
"El gobierno canadiense está profundamente perturbado por la severidad de las sentencias con relación a las actividades de las que se acusa a los individuos condenados", dijo Savard, citando el contenido de la carta.
La acción contra los disidentes comenzó el 18 de marzo con arrestos y allanamientos de casas, seguida la semana pasada por juicios de un día en cortes atestadas por miembros del gobernante Partido Comunista y agentes de seguridad.
Canadá ha ignorado por décadas el embargo comercial estadounidense a Cuba, entregando a La Habana millones de dólares en ayuda económica y alentando a las empresas canadienses a revitalizar la deteriorada economía de la isla.
Sin embargo, el gobierno de Ottawa "congeló" sus relaciones con La Habana a principios de 1999 por preocupaciones sobre violaciones a los derechos humanos y no las normalizó sino hasta noviembre del año pasado.
La organización de derechos humanos con sede en Londres, Amnistía Internacional, dijo en un informe que los opositores son "prisioneros de conciencia" y reiteró su pedido para que sean liberados.
Por su parte, el gobierno de Gran Bretaña recientemente también empleó la inusual medida de convocar al embajador de Cuba en Londres a comparecer a la cancillería para expresarle su consternación sobre la ola de arrestos.