TORONTO.— El primer ministro Jean Chretien declaró el martes que Canadá estaba en lo cierto al negarse a participar en la guerra en Irak, y que su amistad con Estados Unidos resistirá cualquier discrepancia sobre el tema.
En un discurso ante el Parlamento en ocasión de cumplirse el 40o aniversario de su primera elección a la legislatura, Chretien ofreció la más enérgica defensa hasta ahora de su decisión de abstenerse de la guerra librada por su vecino, aliado y socio económico.
El gobierno estadounidense ha expresado su descontento por la negativa de Canadá de apoyar la guerra, y algunos empresarios canadienses han expresado temores de represalias como medidas comerciales desleales, cancelaciones de contratos de negocios y disminución del turismo.
Al explicar su decisión, Chretien dijo que Canadá pensó que si la guerra se libraba con aprobación de la ONU hubiera sido más aceptable a nivel mundial y hubiera facilitado la reconstrucción del país árabe. Dijo que se deseó darle más tiempo a los inspectores de armas de la ONU para que cumplan su tarea dentro de Irak.
Al final, Canadá se apegó a su principio de un enfoque multilateral en vez de apoyar la campaña unilateral lanzada sin aprobación de la ONU, dijo el primer ministro.
"La decisión sobre si enviar o no a la tropa a la batalla siempre debe ser una decisión de principio, no de economía, y ni siquiera de mera amistad", declaró.
Chretien restó importancia a los temores de represalias por parte de los estadounidenses: "los amigos cercanos pueden a veces discrepar y aun así seguir siendo amigos cercanos".
"Ningún país jamás ha tenido la costumbre de lanzar represalias económicas por discrepancias de política exterior", dijo. "Nuestra amistad no se trata de eso".
El tema de la guerra ha dividido a la legislatura canadiense. La oposición conservadora ha presentado una moción que pide apoyar la guerra y disculparse ante Estados Unidos por las críticas formuladas por algunos miembros del Partido Liberal de Chretien.
Chretien rechazó la iniciativa, presentada por la conservadora Alianza Canadiense, calificándola de contraria a la libertad de expresión de los parlamentarios. E
n lugar de ello, sugirió una moción del Partido Liberal que declare apoyo a una rápida victoria estadounidense en Irak y la promesa canadiense de ayudar en la reconstrucción del país árabe.