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Siguen las dudas sobre el paradero de Saddam

Expertos estadounidenses en Washington parten de la base de que ya se podrá comenzar en los próximos días a buscar rastros de Saddam y sus personas de mayor confianza.

09 de Abril de 2003 | 12:08 | DPA
WASHINGTON.- La pregunta candente sobre el paradero de Saddam Hussein seguía abierta este miércoles. Expertos estadounidenses en Washington parten de la base de que ya se podrá comenzar en los próximos días a buscar rastros de Saddam y sus personas de mayor confianza -a los que parece habérse tragado la tierra- en los búnkers y túneles bajo la capital iraquí.

En los últimos 20 años, el Presidente iraquí hizo construir, según desertores y refugiados, un amplio sistema de lugares en los que esconderse y caminos de huida bajo tierra. Al parecer, estos caminos son tan amplios que los puede recorrer un coche. El antiguo científico iraquí Hussein Shahristani explicó hace poco en la televisión que Saddam cuenta con una red de túneles de más de 100 kilómetros.

El alemán Wolfgang Wendler dirigió la construcción de un búnker cerca del Palacio de la República de Saddam, a orillas del Tigris. El diario "Los Angeles Times" lo citó diciendo que el búnker, de 14 habitaciones, está recubierto de hormigón con un refuerzo de acero. Las paredes son de 1,5 metros de grosor y el techo de casi dos metros, para protegerlo de fuertes explosiones con bomba y ataques químicos.

En Estados Unidos se sabe poco sobre las otras instalaciones subterráneas. "Todo está recubierto por un velo de misterio", dijo Shahristani, que dirigía antes el programa atómico de Irak.

Al mismo tiempo, en círculos estadounidenses se mantiene la vaga esperanza de que Saddam ya no esté vivo y sea encontrado muerto debajo de una pila de escombros en el centro de Bagdad. Allí, aviones estadounidenses lanzaron cuatro bombas antibúnker contra un complejo de edificios con un restaurante en el que aparentemente estaba Saddam. Según fuentes estadounidenses, podría llevar días registrar por entero la zona de escombros con un inmenso cráter en el barrio de Al Mansur.

Los conocedores de Irak son escépticos en cuanto a que allí se encuentren las pruebas deseadas por Estados Unidos. Sólo el círculo más estrecho de Saddam -argumentan- puede haber estado informado sobre el paradero del líder. ¿Quién puede haber dado entonces el dato del restaurante? También parece poco probable que Saddam se haya dedicado a comer despreocupadamente en un restaurante en vistas de la presencia de las tropas estadounidenses en Bagdad.

Mientras, en Estados Unidos se especula sobre cómo podría ser identificado el cadáver de Saddam. Las televisiones norteamericanas interrogaron a varios especialistas sobre los distintos métodos científicos. Se citó a los servicios secretos, según los cuales se podría intentar "obtener fichas de dentista", para compararlas con los dientes que se encuentren entre los escombros. Los analistas también podrían servirse de la biométrica, comparando partes del cuerpo con fotos anteriores de Saddam.

Lo más seguro serían obviamente los tests de ADN. Sin embargo, los estadounidenses deben reconocer que no cuentan con un pelo, un cepillo de dientes usado o un vaso con saliva de Saddam -ni hablar de una muestra de sangre-.

El resultado de la comparación con muestras de ADN de familiares cercanos, preferentemente por parte materna, sería menos contundente que una comparación directa con Saddam. Sin embargo, también en este caso parece poco probable que Estados Unidos cuente con este tipo de material. "No fue nuestra prioridad hasta ahora", reconoció un funcionario del gobierno.
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