QUITO.— La policía denunció el jueves un complot para asesinar al Presidente Lucio Gutiérrez que habría sido planeado en la ciudad colombiana de Cali en febrero pasado.
"Yo me protejo con Dios y con el pueblo", declaró escuetamente Gutiérrez a los periodistas al salir de la Catedral donde asistió a la entronización de un nuevo arzobispo capitalina y fue consultado sobre la denuncia.
"No es ninguna cortina de humo", afirmó el ministro de Gobierno, Mario Canessa.
El caso fue denunciado por el jefe de la policía nacional, general Edgar Vaca, ante una sesión en el Congreso, al que fue convocado para informar sobre recientes atentados dinamiteros en el país. Luego fue confirmado por el ministro de Gobierno, Mario Canessa.
"Existe. Así fue de claro el comandante general (de la policía). Existe un complot para asesinar al señor Presidente", aseguró Canessa.
En medio de la comparecencia dio la inesperada información, pero sin aclarar cómo fue desbaratado el complot. Luego dijo a la prensa que no hay detenidos porque "sino ya tendríamos solucionado el problema".
Algunos diputados comentaron que la denuncia de Vaca era muy grave y otros pusieron en duda la versión de una posible conspiración o complot.
Ante los congresistas, Vaca dijo que la policía sigue trabajando "para poder controlar, prevenir y evitar que se produzca este hecho criminal, producto de la transnacional del delito, que nos ocupa". No entró en detalles ni hizo conjeturas sobre quiénes serían los complotados.
Explicó que el plan fue detectado gracias a las relaciones con los grupos de inteligencia de la policía colombiana y la Interpol.
"Tenemos algo que debe preocupar al país, en cuanto tiene que ver con una acción consistente en un complot para asesinar al señor Presidente Lucio Gutiérrez", dijo Vaca.
Afirmó que se trataba de un atentado planeado en Cali el 15 de febrero "cuando dos ciudadanos ecuatorianos y nueve sicarios colombianos...se habían coludido para planear y ejecutar el atentado que fue pactado por un millón y medio de dólares".
Dijo que fue pagado un anticipo "de 100 millones de pesos colombianos, equivalentes a 37.000 dólares aproximadamente, para la compra de las armas, silenciadores y miras".
Agregó que según el plan, los sicarios debían ingresar a Ecuador para un seguimiento y estudiar "la ejecución del magnicidio" que debía consumarse 60 días más tarde.
Gutiérrez, un ex coronel del ejército, asumió el mando el 15 de enero luego de ganar los comicios del año pasado proclamándose como de centroizquierda y un luchador contra la corrupción.