NASIRIYA, Irak.— Los primeros envíos de ayuda humanitaria llegaron el jueves a esta empobrecida ciudad del sur de Irak, cuando los soldados de Estados Unidos comenzaron a distribuir paquetes de arroz, frijoles y otros alimentos básicos.
"Estaban agradecidos. Los aceptaron sin reservas", dijo Kyle Norris, un médico de la Armada estadounidense.
Norris ayuda a prestar atención médica a unos 100 civiles diarios que llegan a una encrucijada vial controlada por la tropa estadounidense. Dijo que hasta ahora no ha visto muchos malnutridos, a excepción de unos pocos bebés.
Los soldados afirmaron que los habitantes erigieron un cartel cerca de allí que dice "No necesitamos comida, necesitamos libertad".
Mientras gran parte de Irak expresa su esperanza de mayores libertades, en Nasiriya, una ciudad de unos 500.000 habitantes, cientos de personas hicieron fila frente a un cuartel de la Infantería de Marina para recibir alimentos, agua potable y atención médica.
Familias enteras salían con sus paquetes de suministros, sonriendo y alzando el pulgar o saludando a los soldados. Algunos niños —que quizás antes habían visto a los soldados tratando de comprar cigarrillos o bebidas gaseosas— intentaron infructuosamente vender sus paquetes de vuelta a los soldados.
La mayoría, sin embargo, regresaban apresuradamente a sus viviendas con su nuevo botín.
El capitán Pete McAleer, de la Compañía Echo de la Infantería de Marina, dijo que su tropa tenía para distribuir 7.000 paquetes, con suministros capaces de mantener a una familia pequeña por un día. Dijo que sus soldados irán a los sectores más pobres de Nasiriya.
"Nuestro objetivo es ir a esas comunidades y darle ayuda a los más necesitados", dijo McAleer. "Pero creo que la mejor ayuda que les podemos dar es un nuevo gobierno".
Para la semana entrante se espera la llegada de militares estadounidenses expertos en asuntos civiles, para que ayuden a reanudar los servicios públicos, hacer que la población regrese a sus trabajos y construir los elementos básicos de un gobierno civil.
