CARACAS.- Un artefacto explosivo de gran intensidad estalló la madrugada de este sábado en el edificio donde horas antes el gobierno y la oposición de Venezuela acordaron trabajar para llevar a cabo un referendo revocatorio sobre el mandato del Presidente Hugo Chávez.
Ninguna persona resultó herida por la fuerte explosión, que dejó severos daños en la fachada de la torre Caracas Teleport, ubicada entre el centro y el este de la capital, y en el sótano de la edificación donde sesiona la Mesa de Negociación que cuenta con el auspicio de la OEA, del Centro Carter y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Sólo había dos personas en el inmueble en el momento de la explosión, que destruyó el sistema del ascensor y varios locales que funcionaban en la planta baja y el mezzanine.
Ventanas desprendidas y rotas se confundían entre los escombros en las afueras del edificio, donde funcionan unas 18 empresas y un centro de convenciones que era el escenario de las conversaciones para buscar una salida pacífica y electoral a la crisis política de la nación.
El Comisionado Nacional de Investigaciones de la policía científica, Carlos Medina, calificó el explosivo como "una bomba de alta intensidad", aunque no precisó de qué tipo, y dijo que es similar a los que detonaron el pasado 25 de febrero en sedes diplomáticas de España y Colombia en Caracas.
"Se están haciendo los análisis del tipo de explosivo utilizado, pero por el modus operandi, podríamos decir que se trata de la misma gente ya que hay similitud con los explosivos que se pusieron en la embajada o el consulado de Colombia y de España", dijo a los periodistas. +
"Estas personas quieren causar trauma y terror en la colectividad venezolana", agregó.
La explosión sigue a otras que se han registrado en las últimas seis semanas en Caracas y otras ciudades de Venezuela, que para funcionarios policiales son expresión de la violenta confrontación política entre los seguidores y adversarios de Chávez, un militar retirado con cuatro años de mandato.
El suceso coincidió con el primer aniversario del breve derrocamiento del presidente de tendencia nacionalista, quien es acusado por sus opositores de querer instaurar en el país un sistema comunista como el cubano, enmarcado en su autoproclamada "revolución" en favor de los pobres.
Una salida pacífica al conflicto, que ha dejado unos 50 muertes en distintas manifestaciones y hechos en el último año, ha sido el objetivo principal de la mesa de negociación en sus casi cinco meses de conversaciones.
El viernes, representantes de la Organización de Estados Americanos (OEA) anunciaron un proyecto de acuerdo político entre el gobierno y la oposición para el desarrollo de un referendo revocatorio como salida electoral a la crisis, y que según la Constitución puede celebrarse a partir del 19 de agosto, cuando se cumple la mitad del mandato de Chávez.
Representantes de la oposición condenaron la explosión y responsabilizaron a quienes quieren obstaculizar el referendo.
"El hecho de que se haya llegado por fin a la posibilidad de un preacuerdo parcial dentro de la mesa, trae consigo gente que no está dispuesta a que eso ocurra y por lo tanto llama la atención de diferentes formas y entre ellas una es haciendo este tipo de vandalismo", dijo el empresario Rafael Alfonzo, uno de los representantes de la oposición en la mesa.
El acuerdo parcial está previsto que sea firmado el 22 de abril luego que el grupo de la oposición, representado en la llamada Coordinadora Democrática (CD), respaldó el pre-acuerdo. Aún falta que el gobierno decida suscribirlo.