NASIRIYA.— Mientras tratan de sofocar la resistencia iraquí e imponer el orden en medio de la anarquía, las fuerzas estadounidenses están también ocupadas tratando de evitar que elementos extranjeros se infiltren en el país y causen problemas.
El derrumbe del régimen de Saddam Hussein ha dejado a Irak sin controles fronterizos, dijo el mayor Beau Higgins, oficial de inteligencia estadounidense con la 15ta Unidad expedicionaria de los infantes de marina en la ciudad de Nasiriya, en el sur.
Por eso crece la preocupación de que grupos de exiliados contrarios a Saddam -algunos de los cuales son también antiestadounidenses- pudieran infiltrarse en Irak.
"Ahora es el momento (para ellos)", dijo Higgins al referirse a la falta de control en algunas áreas. "Ellos pueden estar aquí para causar agitación entre los chiítas contra Estados Unidos".
Muchos musulmanes chiítas resienten que Estados Unidos haya alentado a un levantamiento chiíta en el sur de Irak en 1991 luego de la Guerra del Golfo Pérsico, para luego no dar su apoyo a la rebelión, que fue violentamente aplastada por Saddam, que es musulmán sunita.
Higgins dijo que un grupo que ha causado preocupación en particular es el destacamento Badr, grupo guerrillero que ha estado activo desde que comenzó la guerra Irán-Irak en 1980.
Badr es el ala militar del mayor grupo opositor iraquí, el Consejo Supremo Chiíta de la Revolución Islámica en Irak, con sede en Teherán.
El líder Mohammed Baqir al-Hakim dijo durante años que el grupo envió guerrilleros por todo el territorio iraquí anticipándose a una revolución. Su vocero Haj Abu Zeid dijo la semana pasada que el grupo ha ordenado a sus combatientes que no luchen contra los soldados estadounidenses, pero reiteró el rechazo de su grupo contra una ocupación estadounidense en Irak.
Higgins dijo que "Hay mucha representación de ... grupos basados en Irán", aunque agregó que no tiene evidencia de ningún movimiento del destacamento Badr.
Aunque algunas partes de Nasiriya aún carecen de electricidad y agua, el tránsito de vehículos y personas ha vuelto a las calles, y los infantes de marina estadounidenses moderaron los estrictos controles y los cateos en las intersecciones en el noroeste de la ciudad para permitir un flujo más rápido del tráfico.
Para los residentes locales ya es rutina acercarse a los infantes de marina y conducirlos hasta arsenales iraquíes, cuyas armas son destruidas en enormes explosiones nocturnas.
"Hay más armas que camiones para transportarlas", dijo Higgins.