BOGOTÁ.- Las denuncias del vicepresidente de Venezuela, José Vicente Rangel, sobre los supuestos vínculos entre las militares colombianos y grupos de ultraderecha aumentaron hoy la tensión en las relaciones entre Bogotá y Caracas, a menos de diez días de una cumbre entre los mandatarios Alvaro Uribe y Hugo Chávez.
En un nuevo capítulo del contrapunteo entre de ambos países, Rangel reiteró el sábado sus afirmaciones acerca de los uniformados colombianos, respondiendo así a la ministra de Defensa de Bogotá, Marta Lucía Ramírez, quien rechazó tales versiones.
A su vez, la canciller colombiana, Carolina Barco, le envió una nota a su par venezolano, Roy Chaderton, expresando su preocupación por "la gravedad de las aseveraciones" emitidas Rangel ante el parlamento de su país.
Barco confió en que el encuentro del próximo 23 de abril entre Uribe y Chávez, se realice dentro de un escenario "para dialogar con franqueza y cordialidad sobre temas de mutua preocupación e interés".
Pero las declaraciones de Rangel también levantaron ampolla entre diversos sectores colombianos, que pidieron detener los "excesos verbales", en aras de proteger la amistad y el comercio binacional.
"Lo que nos debe interesar a ambos países es que recobremos las relaciones comerciales que son buenas para todo: para la economía colombiana, para la venezolana", estimó el senador independiente Antonio Navarro.
Afirmó, sin embargo, que "al vicepresidente de Venezuela hay que pedirle que se calle la boca y que hable sobre asuntos venezolanos (y) no más".
Entretanto, el ex vicepresidente Carlos Lemos alertó sobre una posible confrontación binacional, de continuar con estos incidentes.
"Si esto no se maneja con mucho cuidado, con mucha altura, si el odio de ciertos sectores colombianos hacia Venezuela no se aplaca, no sería raro que terminarámos en una confrontación", agregó Lemos, y señaló que la "guerra es una amenaza latente".
Entretanto, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC, ultraderecha) señalaron que militares venezolanos y las FARC actúan de forma conjunta para incursionar en suelo colombiano, según un comunicado difundido hoy.
"El territorio colombiano ha sido atacado a finales del mes de marzo y principios de abril por la acción combinada de las FARC y sectores de las Fuerzas Armadas y la Aviación venezolana", reza una carta dirigida por los líderes de las AUC, Carlos Castaño y Salvatore Mancuso, al alto comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo.
La misiva, fechada el pasado 12 de abril y aparecida en la página en internet de esta organización, alerta, igualmente, sobre la presencia de campamentos de los subversivos en Venezuela y "la cómplice protección" que les brindan los uniformados de ese país.
Recientemente, campesinos de la población colombiana de La Gabarra -departamento de Norte de Santander (noreste, en el Catatumbo)-, alertaron sobre la supuesta incursión de aviones venezolanos, lo cual está siendo investigado por Bogotá y fue descartado por Rangel.
Según esas versiones, el pasado 21 de marzo cuatro helicópteros artillados y dos aviones venezolanos incursionaron allí y bombardearon un área bajo dominio paramilitar, causando un número elevado de víctimas.
Asimismo, se conoció que una rebelde que desertó de las FARC denunció que un comando de esa guerrilla actúa en la capital de Venezuela bajo el nombre de Carapaima.
El semanario "El Espectador" reveló que la insurgente, cuyo testimonio es valorado por las autoridades, se refirió al supuesto apoyo del gobierno venezolano a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, marxistas).
La mujer dijo que subversivos se movilizan en Venezuela con documentos de identidad legales y que el líder rebelde Germán Briceño, alias "Grannobles", recibió atención médica en la localidad San Antonio.
Colombia y Venezuela comparten una frontera común de 2.219 kilómetros, donde operan rebeldes de izquierda, paramilitares de ultraderecha, bandas de delincuentes y narcotraficantes.
