BAGDAD.- Los iraquíes acuden cada vez en mayor número a protestar ante el Hotel Palestina de Bagdad, a pocas horas que los saqueadores incendiaran la Biblioteca Nacional y el Centro de Estudios Islámicos.
Más de 300 personas con pancartas protestaban esta mañana ante los soldados estadounidenses que protegen el hotel con alambradas, armas y tanques, para exigir seguridad en una ciudad sin ley de unos seis millones de habitantes.
Los ánimos están cada vez más exaltados y lo que empezó con tibias peticiones se ha convertido ahora en airiadas conversaciones con las tropas ocupantes y en muchos casos con eslóganes anti-estadounidenses.
"No a la ocupación, sí a la libertad", gritaban muchos de ellos, y otros, sin dar su nombre, reclamaban el final del colonialismo que supone la presencia de las tropas de EE.UU. en el país. Los manifestantes eran vigilados a distancia por soldados y tanques estadounidenses.
El mando de EE.UU. ya ha creado con miembros de la policía iraquí patrullas conjuntas para poner fin al caos que reina en Bagdad, pero hasta ahora son todavía muy escasas.
El último episodio de saqueo se produjo en el Centro de Estudios Islámicos, con 15.000 volúmenes y situado en la parte trasera del Ministerio de Asuntos Islámicos, que fue asaltado e incendiado en la mañana de este lunes. Con el humo y el fuego en el edificio, los "Alí Babá", como aquí se conoce a los ladrones, se afanaban por robar en las oficinas vecinas todos los muebles, aparatos de aire acondicionado, grifos, retretes, lavabos y ventiladores.
Un grupo de ciudadanos trató de impedir el asalto, pero no consiguieron parar la codicia de los saqueadores. Los vecinos insisten en que hay una importante diferencia entre quienes roban, que creen son sencillamente gente pobre, y quienes queman y destruyen, que -aseguran- son "la gente de Saddam".
En los alrededores se escuchaban disparos esporádicos, que luego se repiten en otras partes de la ciudad, sin que se sepa si proceden de enfrentamientos entre ladrones y vecinos o si son ataques contra las tropas estadounidenses.
También la Biblioteca Nacional de Irak fue objeto la noche del domingo de la barbarie y la mayoría del millón de documentos -libros, mapas, microfilmes y archivos- fueron robados o destrozados. El director de la entidad, que sólo se identificó como Al-Husein, se presentó esta mañana temprano para conocer el resultado de los destrozos. La sala principal estaba completamente quemada y todavía humeante.
Con la sola luz que despedía un mechero, el director subió al primer piso de los cinco de la Biblioteca, donde comprobó que miles de libros habían sido robados y los archivos destrozados, con largas cintas de microfilmes por los suelos.
La Biblioteca acogía cada día a unos cien estudiantes e investigadores y Al-Husein no podía esconder su disgusto caminando de sala en sala sobre los escombros..
Asegura que se han perdido ejemplares antiguos del Corán y el primer periódico editado en Irak en 1869 en lengua persa.
En algunos sectores de la capital, los ciudadanos han tomado la iniciativa por su cuenta y han creado a sus propias patrullas armadas para custodiar sus calles. Mediante improvisadas barricadas y dos o tres hombres armados vigilan a cualquiera que se acerque e impiden su paso.