CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II renunció hoy, por segundo año consecutivo, a celebrar personalmente en la basílica de San Pedro el tradicional rito del lavado de pies, que recuerda la Última Cena de Cristo con los doce apóstoles, siendo remplazado por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado.
El pontífice, que cumplirá 83 años en mayo y que aparecía cansado y con dificultades para hablar, llegó al altar en una silla transportada en una tarima móvil y se puso de pie tan sólo para la lectura del Evangelio en latín.
Es también el segundo año que la ceremonia es celebrada en la basílica de San Pedro y no en la basílica de San Juan de Letrán, como era la tradición.
Durante la misa, el Papa firmó oficialmente su decimocuarta encíclica,
"Ecclesia de eucharistia", una reflexión teológica y doctrinal sobre el sacramento de la eucaristía.
El Papa celebró la misa sentado desde su trono pontificio, instalado delante del altar, en el centro de la catedral.
Juan Pablo II apareció hoy mucho más cansado que en días pasados, con las manos temblorosas por la enfermedad de Parkinson y dificultades para hablar, al contrario de los últimos meses, en los que mostraba buen semblante así como la capacidad de hablar claramente.
El Papa invitó a todos los presentes a dar limosna para las poblaciones afectadas por la guerra en Irak y la suma recogida le será entregada al finalizar la ceremonia.