Jerusalén.- La policía de Jerusalén se halla en estado de alerta máxima y el Ejército israelí ha impuesto el toque de queda a decenas de miles de palestinos en el distrito cisjordano de Hebrón por ser hoy lunes un día de peregrinaje para los judíos.
Miles de israelíes, en plena semana pascual (Pésaj), tienen previsto visitar en esta jornada, igual que hacían en la antigüedad, la zona donde estuvo el Templo de Jerusalén, del que sólo queda un vestigio, el "Muro de las Lamentaciones", y la tumba de los patriarcas bíblicos, entre estos Abraham, en la ciudad de Hebrón.
En los oficios religiosos y en las ceremonias participarán también miles de colonos de los asentamientos judíos, lo que hace temer ataques y agresiones a la población palestina en esa localidad convertida en un casi permanente foco de violencia.
Los actos en la zona de Hebrón, unos 30 kilómetros al sur de Jerusalén, se desarrollarán en medio de una investigación policial a varios agentes de la policía de fronteras sospechosos de haber matado a un joven palestino de 17 años arrojándolo de un jeep y de haber perpetrado delitos de pillaje y robo de dinero en reacción a un ataque palestino que causó la muerte a doce israelíes.
Los festejos, precedidos ayer domingo por la tradicional ceremonia de la "bendición de los sacerdotes" -todos aquellos que llevan el apellido "Cohen" (sacerdote) y sus derivados-, coinciden con las celebraciones de la Pascua de la Iglesia Greco-Ortodoxa.
Los accesos a la ciudadela antigua de Jerusalén, la siete puertas abiertas en la muralla, están bajo estricto control de la policía de fronteras, y también la "Cueva de la Majpelá", donde se hallan las supuestas tumbas de Abraham, Isaac y Jacob, y de sus esposa Sara, Rebeca y Lea, respectivamente.
Hebrón es también sagrada para los árabes musulmanes, que tienen a Abraham, Ibrahim, como progenitor común con los judíos. Los árabes, descendientes de Abraham y Agar, lo conocen como Al Jalil al Rahmán", el "amigo del Señor", y llaman "Jalil" a la ciudad.
Este es el trasfondo de las constantes fricciones entre los colonos -menos de 500- del enclave judío levantado en la pasada década de los años setenta junto al casco antiguo de la ciudad -habitada por unos 130.000 palestinos, en su mayoría musulmanes-, que Israel ocupó en Cisjordania durante la guerra de 1967.
En el asentamiento, vecino de las tumbas de los patriarcas y las matriarcas bíblicos, residen esos 500 colonos bajo la protección de centenares de soldados y agentes policiales.
El enclave fue creado por militantes extremistas del sionismo religioso que consideran que Cisjordania -Judea y Samaria bíblicas- forman parte de la "Tierra Prometida" al pueblo hebreo, según el Antiguo Testamento, y por tanto es su derecho residir en ese lugar.
En 1929 extremistas musulmanes atacaron y causaron la muerte a 129 miembros de una pequeña comunidad israelita que desapareció.
Una vieja tradición judía dice que en Hebrón, donde reinó el rey David antes de subir al trono en Jerusalén, están también las tumbas de Adán y Eva, que fueron a vivir allí tras la expulsión del Edén.
Sobre la "Majpelá" construyeron los musulmanes, que conquistaron el país en el siglo VII una mezquita, la de Ibrahim, que limita con la sinagoga de Isaac, y rodeada por una muralla que los árabes de Palestina atribuyen al rey Salomón.
Los creyentes musulmanes no descienden a la "cueva de los patriarcas", que veneran como los judíos, para no perturbar el descanso de los santos, y en la sala central de la "Majpelá" han inscrito capítulos del Corán en los que se alaba a Abraham.
El monumento al patriarca, oriundo de Ur (hoy Irak) en Mesopotamia y fundador de la nación judía, ha sido cubierto por los descendientes que adoptaron el Islam con Mahoma por un lienzo de terciopelo bordado que dice en árabe: "Esta es la tumba del profeta Abraham, que en paz descanse".