TOKIO.- Un nuevo escape de agua radiactiva ha sido descubierto en una planta nuclear de reciclaje de combustible situada en la provincia de Aomori, al norte de Japón, informó hoy la empresa operadora de la centra Japan Nuclear Fuel Ltd
Según la compañía, los expertos hallaron unos 10 litros de agua en un pozo cercano al centro de almacenamiento de combustible y se cree que el escape fue debido a unos defectos en la soldadura de las paredes.
Se trata del tercer caso de escape de agua radiactiva en la central.
Por su parte, la empresa aseguró que el escape, de baja radiactividad, fue adecuadamente detenido y que no afectará al medioambiente.
Hace apenas dos días fue descubierto en la misma planta nuclear un agujero de un milímetro en el revestimiento de un conducto después de registrarse una fuga de entre 200 y 700 centímetros cúbicos por hora de agua radiactiva.
Casos similares de fuga de refrigerante se dieron en 2001 y 2002, añadió Japan Nuclear Fuel.
El pasado mes, el gobierno provincial abrió una investigación que reveló que las fisuras de las paredes habían sido recubiertas, sin autorización, con un material inoxidable.
Desde el incidente ocurrido en febrero de 2002, el consorcio operario de la central, que reúne a casi cien empresas, congeló todas las plantas de almacenamiento de combustible usado que aún estaban pendientes de inspecciones.
Se esperaba que dichas inspecciones concluyeran para finales de abril, pero, según los analistas, la fuga de hoy podría alargar la suspensión de las actividades de la planta y por lo tanto atrasar los ensayos de reciclaje de uranio previstos para junio, así como los planes del consorcio de lanzar las operaciones de reciclaje en julio de 2005.
Este tipo de incidentes no hacen más que agravar la desconfianza que siente la sociedad japonesa hacia la energía nuclear desde que más de 400 personas quedaron expuestas a las radiaciones durante el accidente nuclear de Tokaimura, a unos 160 kilómetros al norte de Tokio, considerado el más grave en la historia de Japón y el segundo peor del mundo tras el desastre de Chernobyl (1986).