Caracas.- Los militares que desconocieron la autoridad del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, cumplieron hoy seis meses atrincherados pacíficamente en una plaza pública de Caracas, tratando de mantener una protesta que se debilitó con los días.
Los oficiales de la Plaza Altamira, en el este de Caracas, apenas reciben el apoyo de algunos simpatizantes y familiares, debido a que las multitudes que acudían a aclamarlos desaparecieron.
La protesta ha estado rodeada de algunas detenciones, crímenes y un ataque a tiros contra los manifestantes que dejó tres muertos y 20 heridos el 6 de diciembre.
Los militares que se instalaron en la plaza el 22 de octubre exigieron la salida de Chávez, pero al igual que otros intentos opositores no han tenido éxito.
Del grupo original, el general de la Guardia Nacional Carlos Alfonzo Martínez permanece detenido y en espera de un juicio por rebelión, al igual que el coronel del Ejército Giussepe Pilliery, quien fue arrestado recientemente.
En un momento el grupo llegó a reunir más de 100 militares disidentes de distintos grados, pero ya en el lugar apenas se presentan algunos de los líderes.
Después del ataque del 6 de diciembre, cuando un hombre armado disparó contra la concentración, fueron secuestrados tres soldados y posteriormente fueron acribillados en una zona apartada.
Casi todos los oficiales fueron expulsados de las Fuerzas Armadas, aunque sostienen que desconocen las decisiones y siguen usando sus uniformes militares.
Los generales Enrique Medina, Néstor González, Edgar Bolívar y Pedro Pereira, así como el contralmirante Daniel Comisso, fueron acusados por el gobierno de haber encabezado el intento golpista del 11 de abril de 2002, pero posteriormente un fallo del Tribunal Supremo de Justicia decidió que no hubo rebelión militar.
En un día normal en la plaza los oficiales arengaban a los presentes desde una tarima, pero últimamente los discursos son pronunciados por algunos soldados frente a unas pocas decenas de simpatizantes.
