MOSUL, Irak.— Las tropas estadounidenses se desplegaron hoy en Mosul, la tercera ciudad del país, e instalaron cuatro puestos de control en una demostración de fuerza para poner fin a la violencia persistente y los saqueos.
Algunos vecinos arrojaron piedras a los soldados cuando ingresaban en zonas al este del río Tigris durante la noche, se informó. Pero otros sonrieron y saludaron al paso de los tanques y la infantería que ingresaban en los vecindarios árabes del sudoeste de la ciudad desde el aeropuerto de Mosul al amanecer.
Un joven sentado sobre una pila de chapas de cinc en un carro empujado por dos hombres hizo la señal de "pulgares arriba", y un hombre que iba en la dirección contraria gritó "buenos días" en inglés.
La semana pasada, según diversas fuentes oficiales, 17 iraquíes murieron y otros tantos resultaron heridos en tiroteos con la infantería de marina en Mosul, la que a su vez dijo que fue blanco de disparos todas las noches hasta que arribaron tropas de refuerzo y tanques la noche del lunes al martes.
La 4º División de Infantería avanzó más de 800 kilómetros desde la frontera kuwaití hasta Mosul, en el norte de Irak, para brindar protección blindada.
Los soldados hallaron municiones de artillería sin explotar en todos los caminos y grandes depósitos de municiones, entre ellos 10.000 proyectiles de tanque T-55 y obuses. Aparentemente los saqueadores se habían alzado con las municiones de armas cortas y otros pertrechos depositados en la base.
"Pasaron por aquí con un peine fino", dijo el sargento de marines Chris Quil, que recorría los edificios. "Sólo dejaron las municiones que no pueden usar".
Además se escuchaban disparos esporádicos de AK-47, pero los únicos iraquíes armados a la vista eran tres agentes de policía que se presentaron para colaborar con las fuerzas invasoras. Un vehículo con parlantes recorría el lugar, ordenando en árabe a todos los iraquíes que abandonaran la base militar estadounidense.
La base será el cuartel temporario de la infantería. Se instalarán retenes y los comandantes analizan la posibilidad de imponer el toque de queda en toda la ciudad.
Lo más importante es convencer a la gente que la guerra terminó, dijo el teniente coronel Ryan Gonsalves.
"Lo principal es llevarnos todo de los depósitos de armas, expulsar a los saqueadores y mostrar una presencia fuerte para demostrar que vinimos para quedarnos y devolver el poder al pueblo", aseguró.
Los ánimos eran muy distintos en ciertos vecindarios afortunados de Bagdad —aproximadamente la quinta parte de la ciudad— donde volvió la electricidad por primera vez en tres semanas.