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Candidatos argentinos cerraron sus campañas con vehementes llamados

Los principales aspirantes a suceder a Eduardo Duhalde en la Casa Rosada apelaron a los votantes en multitudinarias concentraciones finales.

24 de Abril de 2003 | 23:02 | Agencias/El Mercurio en Internet
BUENOS AIRES.- Los candidatos a suceder al Presidente argentino, Eduardo Duhalde, jugaron en la noche del jueves sus cartas finales en el
cierre de campaña para las elecciones de este domingo, con multitudinarias concentraciones.

Carlos Menem habló, con la vehemencia que lo caracteriza, en un encuentro en el estadio de River Plate, en Buenos Aires.

Néstor Kirchner, delfín de Duhalde, pronunció un discurso en el Mercado Central, en La Matanza, mientras que Elisa Carrió eligió el complejo La Plaza, en Corrientes, donde emitió un austero mensaje.

Ricardo López Murphy cerró la noche del miércoles su campaña con un discurso en el Club Lanús y otro en el barrio de la Boca. Las últimas encuestas lo señalan como el con más posibilidades de disputar la segunda ronda con Menem.

Carlos Menem dijo que ganará "por muerte" las elecciones del domingo en Argentina, y prometió "terminar con el caos, la violencia, el desorden y la delincuencia".

"Estamos ganando por muerte en toda la Argentina. El 27 de abril vamos a festejar y empezaremos a gobernar nuevamente", dijo Menem al cuestionar los sondeos electorales que le dan paridad con sus principales adversarios, el progresista Néstor Kirchner y el derechista Ricardo López Murphy.

Recordó además el embarazo anunciado de su esposa, la ex modelo chilena Cecilia Bolocco, presente en el acto, al asegurar que su futuro hijo "viene no sólo con el pan bajo el brazo, sino con la banda presidencial".

En el multitudinario acto de cierre de campaña, Menem aseguró que él encarna "el verdadero justicialismo".

"Vuelvo para reconstruir nuevamente la Argentina, para ordenar y conducir; para reordenar la paz y la concordia. Para corregir errores del pasado, pero con hombres y mujeres nuevos, para devolver la calidad de vida que nos merecemos los argentinos", dijo.

Tras criticar a "los idiotas de siempre" que se lamentan por la herencia recibida, sostuvo que "el que va a recibir una herencia maldita, les guste o no, va a ser este hermano y amigo que se va a hacer cargo de Argentina a partir del 25 de mayo, como corresponde y como es la voluntad popular".

Como en toda su campaña, insistió en una política de mano dura contra la delincuencia y agradeció a las fuerzas de seguridad a quienes prometió tener "la colaboración de las fuerzas armadas, de ser necesario".

Prometió un descenso brusco de la desocupación a partir de un gigantesco de obras públicas, que incluirá la construcción de 500.000 viviendas, edificios escolares, 10.000 kilómetros de autopista, 50.000 kilómetros de caminos rurales, la reparación de rutas.

Por su lado, Néstor Kirchner, abrazado a su compañero de fórmula y con una bandera argentina en la mano, llamó a sus compatriotas a elegir su modelo de producción en lugar del que "trajo el hambre y arrasó con la clase trabajadora".

En el acto de cierre de su campaña Kirchner convocó a las 20.000 personas que lo escuchaban en el Mercado Central del municipio obrero de La Matanza, al sudoeste de esta capital, a "combatir la corrupción, consolidar la libertad y poner de pie a la patria".

Mientras, Daniel Scioli, actual secretario de Turismo y candidato a vicepresidente, alertaba al electorado: "No nos volvamos a enterrar en el mismo pozo del que nos está costando tanto salir".

Aprovechando el buen número de asistentes a su acto de cierre de campaña, el candidato peronista Adolfo Rodríguez Saá auguró su victoria y prometió la creación de tres millones de puestos de trabajo.

Con gesto enérgico, el ex gobernador de la provincia norteña de San Luis pidió a la multitud que lo aplaudía en una plaza de la capital provincial que vote por él para "refundar la Argentina".

"Vamos a crear tres millones de empleos para terminar con la desocupación en Argentina en los primeros cien días", dijo Rodríguez Saá, frase que fue festejada por sus seguidores, que esperan que logre poner fin a la crisis que comenzó en 1998 y llevó el desempleo al 17,8% y la pobreza al 57,5%.

El candidato también dedicó algunos párrafos de su discurso para criticar al ex presidente Carlos Menem y al ex ministro de Economía Ricardo López Murphy y alertó al electorado: "No se dejen llevar por el establishment o por el pasado que nos ha condenado... estamos entrando primeros en el balotaje".
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