LIMA.- El Presidente peruano, Alejandro Toledo, aceptó hoy la renuncia del jefe de Inteligencia, quien dimitió a sólo tres meses de haber asumido el cargo tras acusaciones de haber participado en presuntas presiones del gobierno para controlar algunos medios de comunicación.
No obstante, Toledo -quien sufre un bajón en su popularidad alrededor del 17%- negó la semana pasada en tono molesto esas acusaciones y culpó a la "mafia" del ex asesor de seguridad Vladimiro Montesinos de querer desestabilizar su gobierno.
En un comunicado leído por un portavoz en el Palacio de Gobierno, Toledo dijo que está evaluando al sucesor de César Almeyda de "entre un grupo de profesionales idóneos y adecuadamente calificados para el cargo".
Poco antes, Almeyda, abogado y amigo personal de Toledo, confirmó que presentó su renuncia a la jefatura del Consejo Nacional de Inteligencia (CNI) y que ésta se estaba "evaluando dentro de una serie de medidas que tomará el ejecutivo", las cuales, según la prensa local, serían cambios ministeriales.
Sin embargo, el Mandatario peruano negó en el comunicado que vaya a realizar modificaciones en su gabinete.
"El gabinete ministerial presidido por Luis Solari cuenta con el respaldo del presidente", afirmó Toledo.
Almeyda, quien antes presidía la entidad que protege al consumidor en Perú, Indecopi, es el segundo jefe de Inteligencia que renuncia en menos de un año. Su predecesor, Fernando Rospigliosi dimitió tras siete meses en el puesto.
El Consejo Nacional de Inteligencia nació con el gobierno de Toledo tras la desactivación del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), que era manejado por Montesinos, preso ahora en una base naval.
Montesinos fue protagonista del mayor escándalo de corrupción en este país, que llevó a la destitución en el 2000 del presidente Alberto Fujimori, ahora refugiado en Japón, y de quien era su mano derecha.
