BAGDAD.- Unos 10.000 musulmanes chiítas se concentraron hoy en la plaza Paraíso de Bagdad para exigir un Gobierno islámico en Irak, mientras el gobernador del país, el general retirado de EE.UU., Jay Garner, prometía democracia a los líderes de la sociedad iraquí.
"Es nuestra responsabilidad -dijo- empezar el día del 66 cumpleaños de Saddam Hussein con el proceso democrático de Irak".
Garner convocó hoy, lunes, en el Palacio de Congresos de la capital iraquí, en la margen occidental del río Tigris, a unos 200 representantes de la sociedad iraquí.
Entre los asistentes a la reunión, que comenzó con dos horas de retraso y entre fuertes medidas de seguridad, se encontraban el partido laico Congreso Nacional Iraquí (CNI), el Consejo Supremo de la Revolución Islámica Iraquí, con sede en Irán, líderes kurdos, jefes tribales de distintos grupos étnicos y clérigos sunitas y chiítas, además de representantes políticos y sociales de Irak.
En suma, estuvieron presentes los delegados opositores que asistieron a la conferencia de Londres de diciembre de 2002, en la que se perfiló un futuro político post-Saddam y se aprobó una declaración que recogía la necesidad de abrir un proceso democratizador y constituyente en Irak.
Fuentes del CNI dijeron que Garner, nombrado por EE.UU. administrador civil de Irak, trata de conseguir un apoyo firme de los líderes iraquíes para el gobierno transitorio de los aliados en Irak, un país -según el teniente general de las Fuerzas de Tierra de EE.UU., David MacKierman- "cuya autoridad absoluta está en manos de la coalición".
Una autoridad absoluta que ayer quedó debidamente demostrada tras la detención del autoproclamado gobernador de Bagdad, Mohamed Al Zubeidi, del CNI, por las fuerzas estadounidenses por "arrogarse atribuciones que no le competen".
Mientras tanto, en los alrededores del hotel Palestina, unos 10.000 manifestante chiítass llegaron a pie o en camiones portando pancartas en las que instaban a entregar el gobierno a la Escuela Teológica de Najaf, máxima instancia religiosa de la comunidad chiíta en Irak y que, según dijeron, no está representada en las conversaciones de Garner.
Los chiítas pidieron en la concentración un gobierno islámico basado en la Sharia (ley islámica).
Cientos de mulás se unieron a la protesta, en la que destacaban imágenes del tercer Imán oculto, Husein, nieto de Mahoma, cuya sepultura se venera en la ciudad santa de Kerbala, y del ayatolá iraquí Mohamed Chadr, ejecutado por orden de Saddam junto a sus dos hijos.
"Saludamos al Profeta Mahoma", "el Islám es una religión pacífica" y "la escuela de Najaf al poder", eran algunos de los eslóganes coreados por la multitud.
Los soldados de EE.UU. aconsejaron a la mujeres occidentales salir cubiertas con el "chador" para evitar posibles disturbios.
Los chiítas, que representan el 65 por ciento de una población de 26 millones de habitantes y fueron duramente represaliados por el régimen de Saddam, van calentando sus ánimos ante la aparente irrelevancia que hasta ahora les han otorgado las autoridades de EE.UU. en Irak.
La detención del ayatolá de Bagdad, Mohamed Al Fardousi, la semana pasada, que fue posteriormente liberado, encrespó el ambiente de la comunidad musulmana contra EE.UU.
Los chiítas carecen de una fuerza política que los aglutine en Irak y su liderazgo en la ciudad de Najaf ha preferido hasta el momento permanecer al margen del proceso político liderado por EE.UU. y mantiene una actitud de expectativa ante la nueva era, aunque la ciudad santa de Kerbala está, por ahora, bajo su control.