BUENOS AIRES.- Cecilia Bolocco de Menem, una diva que adora los resplandores del poder, y Cristina Fernández de Kirchner, una profesional que dedicó su vida a la política, tendrán un papel decisivo junto a sus maridos en el reñido balotaje para elegir presidente argentino.
Las diferencias entre ambas son abismales cuando se comparan sus orígenes, sus carreras y sus idiosincracias, así como tienen como denominador común que ambas son amantes del poder, aunque cada una a su manera.
Hermosas y sexys, Cristina es morena de cabello oscuro, temperamental y combativa senadora del gubernamental Partido Justicialista (PJ, peronista), en tanto Cecilia es rubia y espigada, con una belleza fría y distante.
La ex Miss Universo chilena, de 37 años, ha demostrado desde adolescente su sensibilidad para ponerse en el centro del escenario, que en este caso será la dura arena electoral donde se libra la lucha por la presidencia de la empobrecida Argentina.
Sólo redujo sus apariciones en público después de quedar embarazada por métodos artificiales de su esposo de 72 años, pues a menudo estaba junto a Menem en cuanto acto y ceremonia fuesen invitados.
"Amo a Menem", no se cansa de repetir en cuanto le acercan un micrófono, y dio prueba de amor suficiente cuando estuvo a su lado en una amarga luna de miel en 2001, al ser arrestado el ex Presidente poco después de la boda.
La senadora Fernández de Kirchner, de 50 años, también estuvo a punto de vivir una situación parecida, pero cuando junto con su esposo tuvieron que huir de los agentes de la última dictadura entre 1976 y 1983.
Los Kirchner se conocieron estudiando la carrera de abogacía en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, cuna de millares de militantes de la combativa Juventud Peronista (JP) en los turbulentos años 70.
La pareja tuvo que marcharse al lejano sur, la ciudad de Río Gallegos, donde había nacido Néstor, para escapar de las garras de los uniformados, después del secuestro y desaparición de un amigo de ambos, otro joven peronista.
La Jotapé, como la llamaba la militancia del peronismo de izquierda, apoyaba las acciones armadas contra el régimen, y los Kirchner decidieron alejarse de la convulsionada capital platense y rehacer su actividad política.
En 1991, Néstor fue elegido gobernador y ahora se encuentra en medio de su tercer mandato, mientras su mujer no pasó inadvertida en el Congreso como legisladora, donde encabezó comisiones investigadoras de la corrupción y se enfrentó a brazo partido con el liberal ex ministro de Economía Domingo Cavallo.
Bolocco, en cambio, llegó a la política atravesando el puente de la farándula, en la que entró a paso firme cuando tuvo su noche más soñada al ser elegida la más bella del mundo.
Estuvo comprometida con un socio de su padre, el empresario Alejandro Lasen, pero luego se separó para unirse al productor televisivo estadounidense Michael Young.
Fue periodista de la cadena CNN y del canal de la Universidad Católica chilena, pero siempre se la vinculó con hombres de poder, entre ellos al ex Presidente peruano Alberto Fujimori.
Ambas, cada una a su modo, estarán junto a sus maridos, sin poder ocultar que son mujeres emblemáticas, una como glamorosa consorte de un político que apuesta a todo o nada como Menem, y otra como compañera de ruta de un político que viene de abajo, desde el sur.