Buenos Aires.- Un hombre de unos cuarenta años fue hallado muerto hoy, lo que eleva a trece el número de personas fallecidas como consecuencia de las graves inundaciones en el noreste de Argentina, donde hay centenares de miles de evacuados y pérdidas millonarias.
En la provincia de Santa Fe, que fue la más afectada por las lluvias, amaneció soleado por segundo día consecutivo, aunque la situación sigue siendo crítica y las patrullas de rescate temen encontrar más cadáveres cuando las aguas terminen de bajar.
En tanto, las fuerzas de seguridad recorren en botes y lanchas la ciudad de Santa Fe, capital del distrito del mismo nombre, para evitar que continúen los saqueos en las viviendas afectadas por la crecida.
Como consecuencia de las fuertes precipitaciones caídas la semana pasada en esa zona murieron siete hombres, cuatro mujeres y dos guaguas, mientras que otras cinco personas permanecen desaparecidas, según fuentes policiales y de la gobernación de Santa Fe.
Unas cien mil personas han tenido que ser evacuadas o dejaron sus casas por voluntad propia ante el avance de las aguas desbordadas del Río Salado, que hoy bajaron unos 15 centímetros, precisaron portavoces de la Prefectura Naval (guardacostas).
La mitad de la ciudad de Santa Fe, que tiene 443 milhabitantes, está inundada, al igual que otro medio centenar de poblaciones del centro y el norte de la provincia. Un tercio de la superficie del distrito, de 133.007 kilómetros cuadrados, está bajo el agua.
También están sufriendo el avance de las aguas, aunque en menor medida, las provincias de Entre Ríos, Santiago del Estero y Córdoba, que como Santa Fe fueron declaradas en emergencia.
La catástrofe ha generado un aluvión de solidaridad en las principales ciudades argentinas, donde ayer, jueves, los vecinos reunieron grandes cantidades de alimentos y ropa que fueron trasladados a las regiones afectadas por las lluvias.
Lo más difícil es hacer llegar la ayuda a los centenares de pobladores de Santa Fe que permanecen, sin agua potable, sin luz y hasta sin comida, en los tejados de sus casas por miedo a perder lo poco que no destruyó la inundación.
El Gobierno argentino ha dispuesto el envío de una partida de 2,4 millones de dólares y gestionó un préstamo de 120 millones de dólares ante el Banco Mundial, cuyo plazo de entrega es de un mes.
Los aportes económicos también llegan desde otros países, ya que el Gobierno Japón comprometió ayuda por 133.000 dólares y el de Estados Unidos una partida de 50.000 dólares.
Santa Fe es una de las provincias argentinas más ricas desde el punto de vista agrícola y ganadero, y las pérdidas han sido evaluadas en unos 200 millones de dólares, pero se piensa que la cifra definitiva puede ser el doble.
