BUENOS AIRES.- Néstor Kirchner, rival progresista del ex Presidente neoliberal Carlos Menem en el balotaje argentino del 18 de mayo, se abrazará a los presidentes chileno Ricardo Lagos y brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, para proyectar imagen de estadista en una región donde es un ilustre desconocido.
Kirchner (53 años) se alejará en forma temporaria del fragor de la lucha electoral en la que se embarcó esta semana con Menem, con duras acusaciones mutuas, y se oxigenará en un escenario latinoamericano que no es su fuerte.
El gobernador de la provincia de Santa Cruz (sur) tendrá su bautismo de fuego en la arena internacional, aunque el mensaje de las visitas apuntará antes que nada al frente interno, al obtener sendas fotografías con dos figuras de prestigio y exhibirse casi como un Presidente a punto de asumir.
El mandatario de la despoblada pero rica en hidrocaburos provincia santacruceña dará una prueba de estabilidad y gobernabilidad, al viajar en compañía del ministro de Economía, Roberto Lavagna, quien ya no puede ser visto como el funcionario de un gobierno de transición.
Un imprevisto respaldo recibió la dupla Lavagna-Kirchner el martes de la subdirectora gerente del FMI, Anne Krueger, quien se confesó felizmente sorprendida por el desempeño económico de Argentina, en particular el regreso al crecimiento sin hiperinflación, en declaraciones al diario económico francés "La Tribune".
Krueger admitió que mucho queda por hacer, en particular en el sistema bancario, pero dijo que "la economía (argentina) se ha estabilizado notablemente. Para sorpresa de todo el mundo, incluso la mía".
Lavagna dijo la noche del martes que el lunes próximo el FMI anunciará un acuerdo de revisión de la carta de intención vigente desde enero, que contemplará un mayor crecimiento económico y una menor inflación y tal vez un incremento en la emisión monetaria.
El objetivo de Kirchner, delfín del Presidente peronista Eduardo Duhalde, ha sido posicionarse ante el electorado como futuro garante de la relativa estabilidad alcanzada durante la gestión de Lavagna, tras la peor crisis histórica que hizo eclosión hacia finales de 2001.
Con un considerable ventaja en las encuestas de intención de voto para la segunda vuelta, Kirchner podrá intercambiar con Lula y Lagos las primeras impresiones de lo que sería la relación bilateral si gana y asume el 25 de mayo.
El gobernador sureño "se reunirá con Lula la mañana del jueves, en un almuerzo y luego viajará a Santiago de Chile, en donde estaban terminando de definir el horario del encuentro con Lagos", dijo a la AFP el vocero del candidato, Miguel Nuñez.
Lavagna dijo el martes que en Brasil agradecerá a Lula "el gesto político de gran magnitud" de la vecina nación de concederle a Argentina un crédito de mil millones de dólares para financiar exportaciones.
La iniciativa de crear una moneda común y los últimos avances en materia de integración financiera serán puestos sobre la mesa de conversaciones por el binomio Kirchner-Lavagna.
A diferencia de Menem, un defensor de las reformas liberales a ultranza, Kirchner se sentirá ideológicamente muy cómodo con el socialista Lagos y el centroizquierdista Lula.
Las autoridades brasileñas, sin decirlo expresamente, están apostando a una victoria del gobernador.
El mandatario acaba de admitir haber sido un militante antiimperialista de la radicalizada Juventud Peronista en los turbulentos años 70, pero luego hizo un viraje hacia un peronismo renovador pragmático. ¶
El aspirante oficialista creció, no obstante, al calor del poderoso bastión duhaldista de la provincia de Buenos Aires (centro-este, la más poblada), inclinado a un peronismo ortodoxo, sin perfiles de izquierda pero enemigo del liberalismo de Menem.