WASHINGTON.- El Pentágono, que hace tres semanas firmó una tregua con el grupo rebelde iraní Muyahidín Jalq, establecido en Irak, buscará ahora la rendición de sus casi 10.000 combatientes, afirmó hoy el diario The Washington Post.
"La decisión a la que llegaron la semana pasada los asesores de alta jerarquía el presidente George W. Bush es parte de una puja más amplia dentro del gobierno acerca de la política hacia Irán", agregó el periódico, que cita como fuente a funcionarios no identificados.
Muyahidín Jalq (Combatientes del Pueblo) figura en la lista de organizaciones terroristas que cada año elabora el Departamento de Estado y, durante su lucha contra el régimen del sha Mohamed Reza Palevi, aliado de EE.UU., los rebeldes iraníes atacaron intereses norteamericanos y mataron a ciudadanos estadounidenses.
El grupo estuvo involucrado en la ocupación y la toma de rehenes en la embajada de EEUU en Teherán en 1979. Después Muyahidín Jalq se opuso al régimen islámico y durante más de una década ha operado desde el este de Irán en incursiones armadas en territorio iraní.
Numerosos miembros del Congreso de Estados Unidos han bregado para que el Departamento de Estado retire a Muyahidín Jalq de su lista de grupos terroristas, y consideran que esa organización es un instrumento útil para lograr un cambio de régimen en Teherán.
Según el Post, el Departamento de Estado ahora está interesado en mejorar las relaciones con Irán, a lo cual contribuiría el freno de las operaciones de este grupo armado, pero "el Pentágono cree que el gobierno iraní enfrenta graves presiones internas por el descontento popular y ve pocas razones para acercarse a los gobernantes iraníes".
Otro componente en esta ecuación es la creciente influencia iraní entre la mayoría chií en Irán, que Washington ve como una amenaza. Para contrarrestarla, algunos funcionarios creen que es valiosa la tregua que se firmó a mediados de abril con Muyahidín Jalq.
Tres meses atrás, cuando preparaba su ataque a Irak, EE.UU. sugirió a Irán que también atacaría los campos de Muyahidín Jalq, según el Post. Esto tenía el propósito de obtener la cooperación de Irán en el control de la frontera y su ayuda en la búsqueda y recuperación de cualquier piloto que pudiera ser derribado en la región.
A comienzos de abril, en la segunda semana de la invasión de Irak, las fuerzas estadounidenses bombardearon campamentos de Muyahidín Jalq y mataron a unas 50 personas, pero luego la alarma en el Pentágono por la creciente influencia iraní entre los chiíes iraquíes llevó al pacto de cese de hostilidades.
El nuevo viraje, que podría dejar a Muyahidín Jalq ante la hostilidad de Irán y de EE.UU., responde a los gestos hechos por el gobierno de Teherán que sugieren interés en un nuevo acercamiento diplomático con Washington, según el Post.
El Presidente de EE.UU., George W. Bush, se mostró preocupado el ayer jueves acerca de que "los iraníes puedan estar desarrollando un programa nuclear" militar e insistió en que su Gobierno está dispuesto a evitar la proliferación de armas de destrucción masiva.
Irán ha insistido en que su programa nuclear tiene fines pacíficos y sólo busca la producción de energía eléctrica.