RIO DE JANEIRO.- La Policía Militar (PM) de Rio de Janeiro inició este viernes la Operación Asfixia, ocupando por tiempo indeterminado el conjunto de 16 ’favelas’ de Complejo de Maré, en la periferia de la ciudad, para intentar reducir la violencia promovida por traficantes de drogas.
En total, la operación policial utiliza 40 vehículos para bloquear los accesos al complejo y será articulada desde un un furgón blindado que mientras dure la ocupación funcionará como Cuartel General Móvil en un punto estratégico del grupo de "favelas".
El jefe del Comando de Patrulla de la Capital, el coronel José Beltrao, dijo que "el Complejo de Maré estará ocupado 24 horas por día, por tiempo indeterminado".
Ocho presuntos narcotraficantes murieron este viernes en un enfrentamiento con agentes de la Comisaría de Represión de Armas y Explosivos (Draco), en el Morro da Mineira, un céntrico cerro de Rio de Janeiro, informó el comisario Alan Turnowski.
Durante la operación, el equipo liderado por Turnowski incautó dos fusiles, dos pistolas, cuatro revolveres, y una gran cantidad de cocaína y marihuana. <
El enorme Complejo de Maré se encuentra situado junto a una de las principales autopistas de entrada y salida de Rio de Janeiro, la Línea Vermelha, una arteria que casi a diario debe ser clausurada al tránsito a causa de los pesados enfrentamientos armados.
"Esta operación tiene como objetivo fundamental poner un punto final a los intercambios de disparos en las principales accesos a la ciudad como la Línea Vermelha, la Línea Amarela y la Avenida Brasil. Es necesario que los ciudadanos puedan circular por la ciudad sin riesgo de ser baleados", dijo.
La situación en esa zona de la ciudad es de tal orden que el jueves un pequeño accidente de tránsito en la Línea Vermelha frente al Complejo de Maré provocó escenas de pánico, con decenas de choferes exponiéndose a nuevos accidentes al huir en cualquier dirección.
La ciudad de Rio de Janeiro vivió en la noche del jueves nuevos episodios de violencia promovida por traficantes de drogas. En varios intercambios de disparos, tres policías resultaron muertos, y por lo menos cuatro supuestos narcos fueron abatidos.
Este viernes, uno de los más tradicionales colegios privados de la ciudad de Rio de Janeiro, el Andrews, no abrió sus puertas luego de recibir varias llamadas telefónicas en que supuestos traficantes ordenaron suspender las actividades ante el riesgo de represalias.
El director del colegio, Edgar Flexa, dijo a la prensa que la primera llamada fue recibida el miércoles, pero que fue recibida como una broma de mal gusto. El jueves, sin embargo, recibieron otra llamada con amenazas de invadir el colegio caso no cierre sus puertas este viernes.
"Ahora ya no hay clima como para evaluar si la amenaza es o no verdadera. ¿Qué actitud yo podría tomar a no ser cerrar el colegio?", se preguntó Flexa durante un encuentro con la prensa.
El miércoles, el propio secretario de Seguridad Pública del estado de Rio de Janeiro, Antony Garotinho, admitió en una conferencia de prensa que la situación de violencia que azota a la ciudad es "grave y difícil".
Garotinho agregó que ni la policía de Rio de Janeiro ni la de ningún estado de Brasil están listas para enfrentar esta nueva situación de violencia que padece la ciudad desde septiembre del año pasado, cuando el peligroso narcotraficante Luiz Fernando da Costa lideró una sangrienta rebelión en la prisión de Bangú, al oeste de la ciudad.