OKLAHOMA, EE.UU..- El Presidente estadounidense, George W. Bush, declaró hoy zona devastada a la ciudad de Oklahoma, donde dos tornados en menos de 48 horas han destruido numerosos edificios y han causado casi 140 heridos.
Las autoridades municipales confirmaron que no se han producido víctimas mortales, aunque una docena de los heridos se encuentra en estado grave.
El último de los tornados, que dejó cinco heridos, recorrió la ciudad de punta a punta en dirección suroeste-noroeste la noche de ayer, viernes.
"Es increíble que no haya tenido más consecuencias, cuando se ven las fotos y se considera que atravesó la parte más poblada de la ciudad", declaró el portavoz de los servicios de asistencia, Paul O’Leary.
Esta tormenta ha dejado treinta mil viviendas sin electricidad y ha causado daños en centenares de edificios, según los cálculos de las autoridades municipales.
El día anterior, el primer tornado dejó heridas a 134 personas, una docena de ellas graves, y destrozó cerca de 300 viviendas en el sur de la ciudad.
Los servicios de asistencia explicaron la diferencia entre los números de heridos dejados por cada tornado porque en la segunda ocasión "los ciudadanos ya estaban advertidos, se habían aprendido la lección y se protegieron adecuadamente".
El gobernador del estado de Oklahoma, Brad Henry, calificó los daños causados a la ciudad de "completamente devastadores".
Las autoridades municipales han valorado inicialmente los daños causados en unos cien millones de dólares, aunque han advertido que probablemente la suma final sea superior.
A lo largo de esta semana, los tornados han causado la muerte de 42 personas en los estados de Misuri, Tennessee, Kansas e Illinois.
Según el Servicio Nacional de Meteorología, se han detectado cerca de trescientos tornados en el país en los últimos siete días, una cifra récord.
