BOGOTÁ.- Las FARC admitieron su responsabilidad en el asesinato el pasado lunes de diez rehenes, incluidos un gobernador y un ex ministro colombianos, según una carta de ese grupo difundida hoy por el informativo de televisión Noticias Uno.
En la misiva, suscrita por el jefe y ex portavoz rebelde ’Raúl Reyes’, las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) dijeron que sus hombres actuaron de acuerdo con las normas de guerra que rigen la organización.
"Las unidades guerrilleras están en la obligación moral de salvar su vida y de proteger hasta donde sea posible la vida y la integridad física de los prisioneros a su cargo. En ningún caso se pueden dejar quitar los prisioneros de las fuerzas enemigas sin respuesta militar de la guerrilla, conforme a los planes defensivos a su disposición", señaló la agrupación insurgente.
En una primera comunicación, las FARC habían señalado que la muerte del gobernador de Antioquia (noroeste), Guillermo Gaviria; su asesor de paz, el ex ministro de Defensa Gilberto Echeverry, y ocho uniformados se produjo en medio de los combates que desató el fallido operativo de rescate ordenado por el gobierno.
Sin embargo, el presidente Alvaro Uribe y las Fuerzas Militares, respaldados por informes de la Fiscalía, rechazaron esa versión y aclararon que el hecho obedeció a un asesinato a sangre fría.
"Quiero recordar que no hubo un solo disparo de la Fuerza Pública, que el terrorista apodado ’El Paisa’, quien había secuestrado a Gilberto Echeverry y a Guillermo Gaviria en una marcha de paz, es el mismo que ordenó asesinarlos, cuando la Fuerza Pública no había hecho un solo disparo", enfatizó en su momento el mandatario.
En su misiva, las FARC no precisan las circunstancias que rodearon la matanza, aunque reiteran su intención de suscribir un intercambio humanitario de guerrilleros presos por secuestrados.
En ese sentido, el gobierno dijo hoy que los colombianos deberán decidir entre la opción de rescatar a los secuestrados o la de intercambiar a "criminales comunes por ciudadanos inocentes" privados de su libertad, en lo que fue interpretado como una nueva objeción a un acuerdo de canje.
"Qué prefiere la opinión colombiana: insistir en el tema de los rescates, es decir, en el ejercicio de la autoridad, la legitimidad, en el hecho de que con los bandidos no hay condescendencia, o insistimos en el tema de los diálogos, en el del intercambio humanitario", afirmó el ministro del Interior y Justicia, Fernando Londoño.
El delegado especial de la Organizaciones de Naciones Unidas para Colombia, James Lemoyne, reclamó el domingo de ese grupo una disculpa pública por la muerte de los diez rehenes, al tiempo que formuló varios reparos a la propuesta de canje de los rebeldes.
Según Lemoyne, un convenio en tal sentido sólo podría ser posible si sólo se incluyen combatientes de lado y lado, jamás civiles secuestrados.
"Rechazamos la idea de que es aceptable agarrar civiles inocentes y ponerlos en esas cárceles clandestinas para presionar el intercambio de combatientes. La distinción entre combatiente y civil, para nosotros, es absoluta y sagrada", indicó el comisario internacional.
El Presidente Uribe ha avalado un eventual intercambio humanitario de rehenes por guerrilleros, aunque únicamente con la condición de que las FARC acepten la intervención de las Naciones Unidas y garanticen que los insurgentes salidos de prisión no se reincorporen a sus filas.
Por su parte, el grupo rebelde ha exigido al gobierno el establecimiento de una zona de despeje, similar a la que sirvió de sede al frustrado proceso de paz, garantías de seguridad para los portavoces rebeldes y el compromiso de que, a través de un acuerdo de intercambio, sean liberados "todos los guerrilleros y guerrilleras" presos.