PARIS.- La huelga general convocada este martes por los sindicatos en contra de la reforma del sistema de jubilación que quiere emprender el Gobierno francés, registró una masiva movilización, con decenas de miles de personas en las calles y los transportes casi totalmente paralizados.
Varias decenas de miles de personas empezaron a manifestar al mediodía por las calles de París en contra del proyecto del gobierno derechista del primer ministro Jean-Pierre Raffarin, que quiere elevar de 37,5 a 40 los años de aportes necesarios para que los funcionarios puedan gozar de 100% de sus prestaciones al dejar de trabajar.
Otras manifestaciones tuvieron lugar en 115 ciudades del país. En Marsella (sur), cerca de 200.000 personas salieron de mañana a la calle, según fuentes sindicales. En Lyon (centro), manifestaron entre 20.000 y 40.000 personas.
La movilización de este martes es la más fuerte registrada desde 1995, cuando el también derechista Alain Juppé, entonces primer ministro, intentó reformar el sistema de jubilación.
"Vamos a ver si el Gobierno sabe medir con exactitud lo que está ocurriendo hoy", declaró Bernard Thibault, líder del sindicato CGT. El secretario general de Fuerza Obrera (FO), Marc Blondel, también subrayó que "bastante gente del sector privado" apoyó las reivindicaciones de los funcionarios al no trabajar este martes.
La huelga ha paralizado a todo el país. En París, por ejemplo, prácticamente no había metros de mañana y no circuló ningún tren de cercanías.
En Marsella, el metro y los tranvías permanecieron inmovilizados. En Burdeos (suroeste), sólo circularon unos cinco autobuses de los 540 que cuenta la ciudad. Sin posibilidad de utilizar los transportes públicos, los franceses tuvieron que desplazarse en auto, en bicicleta o caminando.
En el sector aéreo, la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) prevé la anulación del 80% de los vuelos en todo el territorio. El tránsito ferroviario también estuvo perturbado fuertemente, con casi el 60% de los empleados en huelga, según las cifras de la dirección de la compañía estatal SNCF.
Los franceses tampoco pudieron leer los diarios, que no salieron a la venta. El 57% de los empleados de France-Telecom, así como los de correos y de la eléctrica estatal EDF tampoco acudieron al trabajo.
Entre el 55 y el 74% de los maestros también estaba en huelga, según comunicó el Ministerio de Educación.
En el sector privado, pese a que sus empleados ya tienen que cotizar durante 40 años para poder jubilarse, la huelga también tuvo incidencias, aunque se desconocía la magnitud de la participación al mediodía.
"Francia se empobrece en la calle", declaró Ernest-Antoine Seillière, el presidente del Medef, la principal organización patronal francesa, que apoya el proyecto de Raffarin.
Por su parte, el portavoz del Ejecutivo, Jean-François Copé, dijo que la huelga era "otra oportunidad" para el Gobierno de "explicar, explicar y volver a explicar" su proyecto de reforma.