BAGDAD.- Ante constantes saqueos y robos, el directivo de la agencia local de las Naciones Unidas comunicó el miércoles a L. Paul Bremer, el nuevo encargado estadounidense en Bagdad, que urge reforzar la seguridad para proteger los suministros de alimentos y otros elementos para la recuperación de posguerra en Irak.
El titular de la ONU en Bagdad dijo que los equipos de las plantas de purificación del agua en la ciudad seguían vulnerables a las bandas de ladrones, lo que amenazaba el restablecimiento del suministro de agua potable.
"Desde la perspectiva de la ONU, nuestra preocupación inmediata se relaciona con la seguridad en un sentido amplio, de la ley y el orden, no solamente para nosotros como personas, sino para la sociedad", dijo Ramiro Lópes da Silva, coordinador humanitario de la ONU para Irak, después de reunirse durante una hora con Bremer, que asumió el lunes como principal administrador civil para el Irak ocupado por los estadounidenses.
En una breve declaración, Bremer aludió a una solicitud estadounidense de que una cantidad no especificada de los ingresos por el petróleo iraquí, retenida en un depósito en custodia de la ONU, se aplique para comprar el trigo y la cebada que se están recolectando ahora.
Desde mediados de los años 90, esos fondos se habían usado para comprar alimentos según el programa "Petróleo por alimentos", creado para satisfacer las necesidades humanitarias iraquíes mientras el país estaba bajo sanciones económicas de la ONU.
"El señor da Silva accedió a planificar a fin de que el Programa Mundial de Alimentos invierta ese dinero a partir de la semana próxima" para los cereales iraquíes, dijo Bremer.
Pero Da Silva reclamó el refuerzo de la seguridad "para que podamos movilizar el dinero y que los técnicos puedan hacer las compras".
Funcionarios iraquíes dicen que los almacenes de alimentos han estado entre los blancos de los saqueadores que han desvalijado edificios del gobierno, bancos y todo sitio imaginable, desde el momento en que los invasores estadounidenses se apoderaron de Bagdad el 9 de abril.
La Oficina de Reconstrucción y Asistencia Humanitaria de Bremer instó el 4 de mayo a los policías de Bagdad a que volviesen a trabajar, y hasta ahora lo han hecho unos 5.000 de los 9.000 que había antes.
El ejército estadounidense ha despachado refuerzos: hay unos 2.000 policías militares en Bagdad y se esperan otros 2.000.
Pero todavía persiste la intranquilidad en una ciudad donde siguen los saqueos abiertamente y los incendios intencionales, y donde resuenan los disparos de armas automáticas durante toda la noche.