CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II dijo hoy que el mundo vive en un período difícil, marcado por numerosos conflictos, y que en estos momentos las Naciones Unidas están llamadas a ser "más que nunca" el "lugar central donde se tomen las decisiones para la reconstrucción de los países".
El Pontífice hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió a los embajadores de doce países -Australia, Zimbabwe, Siria, Trinidad y Tobago, Etiopía, Letonia, islas Fidji, Burundi, Georgia, Vanuatu, Moldavia y Pakistán- que presentaron sus cartas credenciales.
Juan Pablo II manifestó que tras las grandes guerras que azotaron el mundo durante el pasado siglo la comunidad internacional se dotó de organismos y legislaciones específicas para que nunca más haya guerra y que ahora, tras los numerosos conflictos, "las Naciones Unidas están llamadas a ser más que nunca el lugar central de las decisiones que conciernen a la reconstrucción de los países".
El Obispo de Roma, que condenó el terrorismo y las guerras, recordó, echando mano a la encíclica de Juan XXIII "Pacem in terris" que la paz tiene que estar basada en la verdad, la justicia, el amor y la libertad, que no se puede realizar a costa de las personas y de los pueblos y que hay que construirla entre todos.
Agregó que la paz es uno de los bienes más preciados para los individuos, para los pueblos y para los estados y que el desarrollo duradero tiene que reposar sobre la seguridad y la concordia.
El Papa también exhortó a todas las personas que profesan una religión a trabajar en aras de la unidad y de la paz y evocó a los niños y los jóvenes, "que son los que más sufren por los conflictos".
"Es nuestro deber prepararles un futuro en paz y una tierra de solidaridad fraterna", añadió el Papa.