YPACARAÍ (Paraguay).- La máximas jerarquías de la Iglesia Católica de América Latina, reunidas en Paraguay, aprobaron este jueves un plan de acción eclesiástica para promover la solidaridad frente "a los efectos negativos e injustos de la globalización".
Ese programa tiende a rescatar el "espíritu de solidaridad en la sociedad" para extender un puente hacia los sectores desplazados por "la dinámica y el egoísmo del espíritu de la globalización", informó el designado arzobispo de Guayaquil (Ecuador), Antonio Arregui.
"Hemos analizado los efectos de la globalización, que es un proceso acelerado, desigual e injusto", indicó por su parte el obispo paraguayo Fernando Lugo, al explicar los asuntos examinados en la penúltima jornada de la XXIX Asamblea del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
Los dignatarios religiosos, reunidos en la localidad de Ypacaraí, a 35 kilómetros de Asunción, dijeron que el plan de acción eclesiástica para los próximos cuatro años comprende 35 programas con 88 proyectos, que tienen su basamento en la comunión y en la solidaridad.
"Entendemos (ese plan) como una ayuda a nuestros fieles a que se acerquen a Jesucristo para una experiencia religiosa más profunda", destacó el ecuatoriano Arregui.
Mañana, viernes, en la última jornada de la Asamblea, quedará constituida la nueva conducción del CELAM, cuya primera tarea será coordinar una reunión del Consejo de Pastoral Social, encuentro que se celebrará entre el 2 y el 6 de junio próximo en San Pedro de Sula, Honduras.
El obispo Lugo explicó que en la cita hondureña analizarán "para entenderlos bien y emitir un juicio" los procesos de integración económica regional, como el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que promueve Estados Unidos, y también las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Para el obispo brasileño Jayme Henrique Chemello, en la creación de un área de libre comercio en el continente "hay todavía mucho que caminar, mucho que pensar y estudiar" entre los pastores la Iglesia Católica.
El ALCA nació, por iniciativa de Washington, como una propuesta de los presidentes de 34 países de América, a excepción de Cuba, en la I Cumbre de las Américas celebrada en Miami en 1994, con el propósito de abrir en 2005 las fronteras comerciales desde Alaska hasta Tierra del Fuego.
"La Iglesia hará probablemente (un pronunciamiento) desde el punto de vista ético. Se habla del 2005, algunos dicen que va para un poquito después, va a pasar mucho tiempo hasta que el ALCA sea fuerza", enfatizó Chemello.
El obispo brasileño también anunció los contactos de acercamiento entre las iglesias del hemisferio sur con las de Estados Unidos y Canadá y, en ese sentido, confirmó la realización de una reunión en Guatemala, del 20 al 30 de setiembre de este año.
Sin embargo, advirtió de que hay una concepción diferente de la realidad de la región entre ambas iglesias y que el CELAM, cuyo episcopado se extiende desde México hacia el extremo sur de América, primero debe fortalecerse internamente.
"Hay momentos oficiales para un diálogo interamericano, que no es lo mismo que latinoamericano. Estados Unidos es un pueblo terriblemente grande, son poderosos por la plata, las armas y la guerra, pero nosotros (lo) somos por la paz", subrayó el obispo brasileño.
La Asamblea del CELAM también acordó hoy una reestructuración interna, con la reducción a seis las doce áreas operativas que funcionaban hasta ahora para las misiones y los proyectos de la nueva evangelización.
Los obispos latinoamericanos cerrarán mañana, viernes, la asamblea con la elección de un nuevo presidente para un período de cuatro años y la definición de la sede y la fecha de la próxima Conferencia Episcopal, la primera después de la de Santo Domingo (1992).