BOGOTA.- La Infantería de Marina de Colombia confiscó el domingo cinco toneladas de explosivos que iban a ser usados por la principal guerrilla izquierdista para desatar una escalada de ataques contra la infraestructura energética, de comunicaciones y vial del país.
El decomiso del explosivo del tipo Anfo, más poderoso que la dinamita, ocurrió cerca del puerto de Tumaco, en el departamento de Nariño, sobre el Océano Pacífico, 600 kilómetros al suroeste de Bogotá, reveló el coronel de la Infantería de Marina, Alvaro Jiménez.
La Armada dijo que el explosivo confiscado pertenecía a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el principal grupo rebelde del país con más de 17.000 combatientes, que pretendía desatar una escalada de ataques contra torres de energía, de comunicaciones y puentes.
Se trata de uno de los decomisos más grandes de explosivos que realizan las Fuerzas Militares en Colombia en los últimos meses. En la operación militar no se produjeron capturas.
Los ataques con explosivos son frecuentes en Colombia, como parte del conflicto interno de casi cuatro décadas que azota este país de más de 40 millones de habitantes y que dejó 40.000 muertos, la mayoría civiles, en los últimos dos lustros.
Las FARC, que dicen luchar por imponer un sistema socialista, amenazaron en el 2001 con llevar la guerra a las grandes ciudades y desde entonces han intensificado sus hostilidades en centros urbanos, incluyendo la capital.
En los últimos dos años se han registrado ataques explosivos en Bogotá, Medellín y Cali, así como en otras ciudades, que las autoridades militares y policiales han atribuido a esa guerrilla.
El más grave sucedió en febrero pasado, cuando un vehículo cargado con 200 kilos de explosivos estalló y destruyó un exclusivo club del norte de Bogotá, donde mató a 36 personas y causó heridas a 160 más.
Aunque el gobierno del presidente Alvaro Uribe acusó a las FARC de ese ataque, el peor de su tipo en más de una década en la capital colombiana, posteriormente ese grupo rebelde negó su responsabilidad del mismo.
Las autoridades colombianas han confiscado en lo que va del año más de 20 toneladas de explosivos, varios coches bombas y han impedido ataques en ciudades y pueblos apartados.