GINEBRA.- Representantes del Fondo Mundial para la lucha contra el Sida, la tuberculosis y el paludismo alertaron hoy en Ginebra sobre la "grave crisis financiera" que atraviesa esta iniciativa, lanzada en 2001 por los siete países más industrializados (G-7).
Los problemas económicos del Fondo se deben a que los propios países que plantearon su creación han incumplido con los aportes a los que se comprometieron, explicó Massimo Barra, miembro de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
Coincidiendo con el inicio de la Asamblea Mundial de la Salud, que se inauguró hoy en Ginebra, organizaciones civiles europeas y estadounidenses lanzaron la campaña "Financiemos el Fondo", que pretende reunir 1.400 millones de dólares hasta octubre próximo con el fin de que el Fondo continúe y extienda sus actividades.
Desde su creación, el Fondo sólo ha recibido 600 millones de dólares que han permitido financiar diversos proyectos en 90 países, mediante los cuales se ha asegurado un tratamiento antituberculosis a dos millones de personas y una protección contra el paludismo a 30 millones de familias africanas.
Esos recursos también hicieron posible ofrecer cuidados médicos a 500.000 infectados por el virus del VIH y ayudar a 500.000 huérfanos por causa del Sida.
Barra dijo que resulta imprescindible que los países del G-7 más Rusia, que se reunirán entre del 1 al 3 de junio próximo en la localidad francesa de Evian, reiteren allí sus compromisos con el Fondo y establezcan para el futuro un mecanismo de financiación equitativo, con base en el PIB de los países ricos.
La carencia de recursos -agregó- pone en riesgo el apoyo económico de nuevos programas, que ya cuentan con respaldo científico, y amenaza la posibilidad de que el Fondo costee numerosos proyectos que ya han sido aprobados.
Por su parte, Helen Rossert, representante de las organizaciones no gubernamentales europeas, dijo que si el Fondo no recibe los 1.400 millones de dólares que requiere, "tendría que elegirse a quién se facilita un tratamiento y a quién se deja morir, lo cual en pleno siglo XXI es inaceptable no sólo en términos humanitarios, sino políticos".
Afirmó que la falta de recursos también puede afectar a muchos enfermos de Sida que actualmente reciben tratamiento, los cuales no podrían seguir siendo costeados.
Sobre los 15.000 millones de dólares aprobados recientemente por el Senado de EE.UU. para la lucha global contra el Sida, Paul Davis, delegado de las organizaciones no gubernamentales estadounidenses, explicó que se trata de recursos destinados a la ayuda bilateral y no multilateral, en el que se inscribe el referido Fondo Mundial.
Este ha destino el 50% de sus recursos a la lucha contra el Sida, el 22% a combatir la tuberculosis y 28% a enfrentar la malaria.