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Presidentes clausuran XVII Cumbre del Grupo de Río

Al finalizar el encuentro también se emitió un breve comunicado en el que solicita a Naciones Unidas su intercesión en la crisis colombiana.

24 de Mayo de 2003 | 12:13 | EFE
Cumbre de Río
Vista panorámica de la finalización de la cumbre en Sacsayhuaman. (AP)
CUZCO.- Los mandatarios y representantes de los 19 países del Grupo de Río clausuraron hoy su XVII Cumbre, celebrada en la ciudad peruana de Cuzco, donde suscribieron el documento el "Consenso de Cuzco".

Frente a las gigantescas piedras de la fortaleza inca de Sacsayhuaman, el Presidente anfitrión, el peruano Alejandro Toledo, puso fin a un encuentro "histórico" que permitió, según dijo, "un debate franco, rico y productivo".

Los diez mandatarios presentes y los representantes de otros nueve presidentes que no asistieron a la Cumbre suscribieron el documento final, que pretende impulsar el fortalecimiento de la democracia y un desarrollo económico compatible con la reducción de la pobreza.

La Cumbre también sirvió para que el Grupo de Río emitiera un breve comunicado en el que solicita que Naciones Unidas interceda en la crisis colombiana.

Ante esta petición, el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se mostró en desacuerdo ya que, según el mandatario, "abre la puerta al intervencionismo" en la región.

En el acto de clausura, Toledo afirmó que mientras Latinoamérica no enfrente con energía al terrorismo y al narcotráfico, el sistema democrático estará "minado".

Confirmó que México y Brasil presentarán al Grupo de los Ocho la propuesta peruana, acogida por el Grupo de Río, para que los países acreedores reinviertan parte del servicio de la deuda en la región.

"Los países industrializados deben mojarse en la constitución de democracias fuertes en Latinoamérica para así romper el círculo vicioso de terrorismo, inseguridad y narcotráfico", aseguró Toledo.

Por su parte, el presidente brasileño, que consideró "inadmisible" que se siga padeciendo hambre en la región, coincidió con Toledo en que los países desarrollados tienen responsabilidad en la promoción de la globalización.

Lula se comprometió en la lucha para que el comercio mundial y los flujos internacionales sean vías de desarrollo para estas naciones.

"Defenderemos con firmeza un mejor acceso para nuestras exportaciones, no podemos aceptar los subsidios agrícolas millonarios, el proteccionismo que nos roba mercados e impide recoger los frutos de nuestro trabajo", enfatizó el Presidente brasileño.

En este sentido, expresó su confianza en que el Grupo de los Ocho ampliado, en el que participarán Brasil y México, sea "una señal de que nuestra voz es oída y de que los países ricos están dispuestos a cambiar su comportamiento".

Lula consideró al Grupo de Río como un canal privilegiado para fijar los grandes desafíos, las conclusiones y los compromisos que atestiguan la determinación de estas naciones de avanzar juntos.

El mandatario brasileño se mostró decidido a ampliar el bloque económico del Mercosur y "llevar adelante la integración de Sudamérica aunque sin excluir la cooperación con el resto de la familia latinoamericana y caribeña".

Tras los discursos y la firma del documento, los mandatarios asistieron a la ceremonia inca Haywaricury, una ofrenda a Pacha Mama (la madre tierra) para obtener buenos tiempos y buenas cosechas.

El Grupo de Río, creado en 1986, impulsa desde hace más de una década un diálogo con Bruselas, al que le otorga "especial relevancia" debido a que le permitió avanzar una relación a nivel político, económico, comercial, cultural y de cooperación.
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