El nuevo Presidente limpia la herida causada cuando saludó a la multitud. (Reuters)
BUENOS AIRES.- El peronista Néstor Kirchner juró hoy como nuevo Presidente de Argentina, cargo en el que sucede a Eduardo Duhalde. Kirchner asumió la jefatura de Estado a las 14.54 hora local (17.54 GMT), en una ceremonia que se llevó a cabo en la sede del Congreso por primera vez en la historia reciente del país.
Testigos del acto fueron doce gobernantes latinoamericanos y el heredero de la Corona de España, Felipe de Borbón, entre otros altos dignatarios.
"Yo, Néstor Carlos Kirchner, juro por Dios y por nuestro Señor y los Santos Evangelios, desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Presidente de la Nación y observar y hacer observar la Constitución argentina", dijo Kirchner.
El nuevo gobernante se convirtió en el presidente número 52 de la historia argentina y el sexto desde que el país recuperó la democracia, en 1983.
El cambio de mando se realizó en la sede del Parlamento a petición de Duhalde, al considerar que su mandato, de carácter provisional, emanó del poder legislativo.
Kirchner, de 53 años, abogado y hasta el lunes pasado gobernador de la provincia patagónica de Santa Cruz, estará en el poder hasta diciembre del 2007.
Llegó a la jefatura de Estado tras la renuncia del ex presidente Carlos Menem a competir en la segunda vuelta de los comicios presidenciales, programada inicialmente para el pasado 18 de mayo, por serle desfavorables las encuestas.
Primeras declaraciones
En su discurso de asunción ante la Asamblea Legislativa, el mandatario afirmó que Argentina honrará sus compromisos financieros, pero aclaró que "no se puede volver a pagar la deuda a costa del hambre y la exclusión de los argentinos, generando más pobreza y conflictividad social".
"No se trata de no cumplir los compromisos de la deuda. No somos el proyecto del default (moratoria). Pero tampoco podemos pagar a costa de postergar la educación y la salud de los hijos de los argentinos", continuó Kirchner.
El jefe de Estado con mandato hasta 2007 defendió "el equilibrio fiscal", por el cual "no se puede gastar más de lo que entra", pero advirtió que "creciendo nuestra economía, crecerá nuestra capacidad de pago de la deuda".
Aunque no hizo grandes promesas, planteó lineamientos generales para diferenciarse de anteriores presidentes que defendían políticas liberales.
A juicio del mandatario venezolano, Hugo Chávez, el discurso fue "extraordinario, patriótico, nacionalista, delineador de un nuevo modelo político y moral sobre todo. Es un discurso para leerlo y releerlo, es una orientación de lo que en América Latina está comenzando a ocurrir. En el continente hay una nueva oleada, no sólo los líderes (...) es el pueblo, son los naciones. La gran nación latinoamericana que se levanta de nuevo".
Mario Cafiero, diputado ARI, partido opositor, dijo que "estamos frente a un cambio de discurso; los presidentes del pasado hacían hincapié en cuestiones para mí erróneas como seguir insistiendo en el pago de la deuda (externa) a cualquier precio, en el ajuste perpetuo. Estamos frente a un cambio de criterio. Estoy satisfecho con el discurso del Presidente".
El jefe del bloque Peronista de la Cámara de Diputados, José María Díaz, sentenció que las palabras de Kircher fueron "un llamado a todos los argentinos a construir. El futuro se construye con consenso y con grandeza (...) De ahora en adelante a poner en marcha la acción, hacia el rumbo que la sociedad nos está demandando".
Kirchner sufre pequeña herida
Tras dirigir el mensaje inaugural ante la Asamblea Legislativa, el presidente recorrió unas 20 cuadras que separan el Congreso de la Casa de Gobierno a bordo de un automóvil.
A su descenso, previo a la toma de juramento del nuevo gabinete, Kirchner decidió acercarse a la gente produciendo el desconcierto de la custodia.
En esos momentos, mientras saludaba a una multitud que lo aclamaba, el nuevo presidente sufrió un leve corte sangrante en su cabeza.
Como consecuencia de los forcejeos y ante los primeros signos de sangre, Kirchner debió cubrir reiteradamente la herida con su pañuelo.
No quedó claro qué produjo el corte, aunque medios de prensa dijeron que fue un golpe casual con una cámara fotográfica de uno de los tantos reporteros que lo rodeaba.
El médico presidencial lo atendió de inmediato, aunque su salud no corría peligro. Luego debieron poner puntos para cerrar la herida.