LIMA.- Un atentado terrorista similar al que derribó las Torres Gemelas en Nueva York fue planificado por “terroristas internacionales” contra la embajada de Estados Unidos en Perú, según reportó una investigación especial del diario peruano Correo.
El atentado, previsto -según la fuente- para febrero pasado, nunca llegó a cometerse, por razones que Correo no precisó, aunque sí enumeró una serie de medidas de seguridad adicionales que probablemente ahuyentaron los planes de ataque.
El ataque frustrado consistía en “el secuestro de un avión comercial por parte de terroristas fundamentalistas islámicos para luego estrellarlo contra la embajada de Estados Unidos en Lima”.
Correo dijo en su edición de hoy que “el Departamento de Seguridad del Estado del Ministerio del Interior había recibido dicha información clasificada de diversos servicios secretos extranjeros”.
Fuentes de la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (CORPAC, ente que administra la aviación comercial) identificaron a los presuntos terroristas como miembros de Al Qaeda, pero los documentos sobre los que Correo basó su información sólo mencionan a “grupos terroristas internacionales”.
El supuesto atentado desnudó -según la fuente- que el aeropuerto internacional Jorge Chávez, de Lima, “carecía de los equipos necesarios para prevenir o detectar un hecho criminal como el mencionado y tampoco tenía elaborado -en ese tiempo al menos- un adecuado plan de contingenciaú, añadió Correo.
Esas falencias incluían la carencia de un “radar primario”, un elemento que, según la fuente, “ayuda a detectar el momento preciso en el que un avión comercial es desviado de su ruta, el primer indicio de un secuestro”.
Pese a eso, las autoridades lanzaron un operativo de seguridad que incluyó el ingreso de agentes de inteligencia encubiertos a las zonas de embarque y desembarque de pasajeros y carga del aeropuerto internacional “bajo la apariencia de obreros y técnicos”.
Teléfonos especiales fueron instalados en los aviones, y “los pilotos fueron instruidos para reconocer las zonas adyacentes a la embajada de Estados Unidos en Lima”, que fueron declaradas como “prohibidas de sobrevolar”.
“Personal especializado de las Fuerzas Armadas” fue infiltrado en unos 80 vuelos y otros agentes se trasladaron “a cada una de las 150 pistas de aterrizaje y 100 terminales aéreos que posee el país”, como medidas adicionales de seguridad.
El periódico peruano no informó por qué el atentado no se produjo, ni tampoco si hubo o no intento de llevarlo a cabo, desbaratado por las autoridades.
El artículo señala que por la fecha prevista para el supuesto ataque, versiones sobre la presencia de miembros de Al Qaeda fueron publicadas por la prensa local, sobre la base de declaraciones de autoridades locales.
El 10 de febrero, el ex jefe del Consejo Nacional de Inteligencia, Juan Velit Granda, informó que durante su gestión se identificó a integrantes de Al Qaeda en las cercanías de Lima y en la sierra del país, pero “no había forma legal de deteneaban con sus documentos en regla”.
Un día más tarde, el ministro del Interior, Alberto Sanabria Ortiz, informó que se estaba investigando la presencia de la red Al Qaeda en territorio peruano.