TEHERÁN.- Irán rechazó el jueves las acusaciones estadounidenses de que está causando problemas en el Irak de posguerra, y dijo que está decidido a no interferir en los asuntos de su vecino.
Irán reiteró su inocencia al responder a una serie de acusaciones de Washington, que considera que Teherán intenta subvertir su control de Irak, desarrolla armas nucleares y ofrece refugio a militantes de la red Al Qaeda.
"Estamos decididos a no interferir en los asuntos internos de Irak, imponer un gobierno al pueblo iraquí o decir qué tipo de modelo de gobierno debería tener", dijo a la prensa el portavoz de la cancillería, Hamid Reza Asefi.
El administrador estadounidense, Paul Bremer, habló el miércoles de una "perturbadora" actividad iraní en Irak que podría provocar serios problemas si fuese muy lejos.
Teherán respalda grupos chiítas musulmanes en Irak, y muchos de sus dirigentes huyeron del gobierno de Saddam Hussein para exiliarse en Irán.
El secretario de Defensa Donald Rumsfeld ha dicho que Washington no permitirá a Teherán tratar de alentar un gobierno al estilo iraní en Irak.
Estados Unidos, que rompió relaciones diplomáticas con Irán después de la revolución islámica de 1979 y considera al país como parte de un "eje del mal", ha aumentado la presión sobre Teherán tras recibir información de inteligencia que sugiere que las órdenes para los atentados suicidas del 12 de mayo en Arabia Saudita fueron emitidas por miembros de Al Qaeda en Irán.
Teherán dice que ha deportado a unos 500 miembros de Al Qaeda que huyeron de Afganistán y que todavía interroga a otros.
Funcionarios estadounidenses creen que el jefe de seguridad de Al Qaeda, Saif al-Adel, un egipcio acusado de conspiración en los atentados a dos embajadas estadounidenses en África en 1998, y Saad bin Laden, hijo de Osama bin Laden, se encuentran en Irán.
"Todavía no sabemos si este Adel está en Irán o no", dijo Asefi. "Un grupo de miembros de Al Qaeda ha sido arrestado, pero no sabemos si él se encuentra entre ellos".
Irán ha acusado a Estados Unidos de doble moral en su "guerra contra el terrorismo", al rehusarse a entregar a rebeldes muyahidines iraníes desarmados por las fuerzas estadounidenses en Irak.
Aunque estos son considerados terroristas por el Departamento de Estado norteamericano, analistas creen que funcionarios de línea dura del Pentágono examinan la posibilidad de usar el grupo contra Irán.